La oferta menorquina de alojamiento turístico ha crecido un 13,2 por ciento en los últimos cinco años por el impulso del alquiler vacacional. | Gemma Andreu

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Menorca afronta la mayor crisis que se recuerda en el sector turístico después de haber batido todos sus récords de capacidad de alojamiento. La enorme incertidumbre generada por la restricción de movimientos para contener la pandemia y por la evidente afectación al principal motor económico de la Isla llega en un momento álgido. Nunca antes el destino había registrado tamaña cantidad de plazas legales para albergar a visitantes. El último recuento oficial del departamento de Ordenación Turística del Consell, cerrado el pasado 30 de abril, ha detectado un incremento de 2.414 plazas y casi 489 establecimientos (la mayoría viviendas turísticas) en el último año, lo que sitúa el músculo alojativo de Menorca en la cifra histórica de 78.402 plazas. Algunas estimaciones apuntan a que incluyendo la oferta ilegal en viviendas sin licencia ese número podría rozar las 110.000.

La gran mayoría de esas nuevas camas autorizadas por la administración, el 89 por ciento, se ha concentrado en el sector del alquiler turístico de viviendas. El año de referencia de la actualización del registro oficial, 2019, fue el primero completo desde el levantamiento de la moratoria en la concesión de licencias en viviendas que se ordenó mientras se aprobaba la famosa zonificación. Y se ha notado. Mientras en 2018, cuando hasta agosto no se podían autorizar nuevas casas turísticas, el balance fue de 119 altas (563 plazas), en el último año ese balance de casas que se han sumado al negocio turístico es de 477 con capacidad para alojar a 2.153 visitantes. Esta tipología de alojamiento ya suma 5.478 viviendas y casi 26.000 plazas. No obstante cabe tener en cuenta que en el último rastreo que el Consell realizó entre la oferta de alquileres en las grandes plataformas de comercialización el número de viviendas sin número de registro oficial superaba al alojamiento legal. La incidencia del resto de establecimientos turísticos (hoteles, apartamentos, aparthoteles, etc.) en el crecimiento del músculo alojativo de la Isla es muy minoritaria. Sirva de ejemplo esta comparación. Mientras el número de plazas en viviendas turísticas ha aumentado un nueve por ciento en el último año, en el resto de tipologías de alojamiento el aumento se ha quedado en el 0,5 por ciento. Aunque pocos, en el último año sí se han producido cambios de categoría en los establecimientos existentes, con cuatro apartamentos más de tres llaves, y cuatro menos de una y dos llaves. También hay un hotel de cuatro estrellas más y uno de tres estrellas y dos de tres estrella superior menos. Los aparthoteles han perdido un establecimiento de tres estrellas superior y han ganado uno de tres estrellas.

Agroturismos
La otra gran causa –aunque muy alejada del peso específico de las viviendas vacacionales– que explica el aumento general de plazas turísticas en Menorca, del 3,2 por ciento en el último año, es la apertura de cuatro agroturismos nuevos con 194 plazas y de cinco establecimientos de turismo de interior, con 61 plazas. La Isla ya contaba a las puertas de la temporada con 30 agroturismos y con 42 turismos de interior, los pequeños establecimientos boutique que han proliferado principalmente en los cascos urbanos de Maó y Ciutadella. Entre unos y otros la capacidad de alojamiento ya es de 1.233 plazas, con un crecimiento del 26 por ciento en el último ejercicio. Muchos más están en camino a tenor del gran número de proyectos que se están tramitando.