La situación actual. La concesión del varadero consta de una explanada de 1.484 metros cuadrados y un espejo de agua de 785. Actualmente dispone de una grúa de 12,5 toneladas | Josep Bagur Gomila

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La comisión técnica del concurso del varadero del puerto de Ciutadella eligió el viernes a la sociedad Marina Seca Port de Ciutadella como la empresa mejor puntuada para la gestión de este espacio público de mantenimiento de embarcaciones para los próximos 20 años. Deja así fuera de juego y con un futuro incierto a la actual gestora del espacio, Astilleros Llompart, que lleva 35 años explotándolo. Ya anuncia que impugnará el proceso al entender que se han producido irregularidades en el proceso.

La comisión técnica, convocada por el organismo autonómico Ports IB, considera que la oferta tanto económica como técnica de Marina Seca Port de Ciutadella es la «mejor valorada» para gestionar este espacio. Y tras la propuesta de adjudicación realizada el viernes, será el Consejo de Administración de Ports IB el que deberá ratificar la decisión.

Esta mesa se había reunido por última vez en mayo de 2019 para emitir el mismo resultado que las puntuaciones actuales. No obstante, el proceso se ha demorado la friolera de trece meses desde esa última convocatoria. Ports achaca este retraso a las alegaciones presentadas por la actual concesionaria. El Govern concreta que «no hay una normativa específica que obligue a la administración a contestar», no obstante, «para evitar indefensión de ninguna de las partes interesadas y en favor de la transparencia, Ports IB pidió informes técnicos, jurídicos y económicos que contestaran las alegaciones». Y estos informes «han confirmado la viabilidad de la propuesta ganadora, que cumple a su vez todos los requerimientos jurídicos», agrega el organismo autonómico. Una decisión que no convence nada a Astilleros Llompart, que ya anuncia que interpondrá un contencioso administrativo si el Consejo de Administración de Ports ratifica a Marina Seca Port de Ciutadella como la ganadora del concurso. Tiene aún «una pizca de esperanza con que se dé un paso atrás en el proceso, antes de que sea demasiado tarde», asegura. Esta empresa, fundada en 1971 por Jaume Llompart como empresa dedicada a la construcción, mantenimiento y reparación de embarcaciones, inauguró el nuevo varadero en 1985, iniciativa que impulsó ante la administración y en respuesta a la rissaga de 1984 que puso en evidencia la necesidad de instalar una infraestructura de estas características.

La oferta económica presentada por Marina Seca fue decisiva para que la balanza se decantara hacia un cambio de mando y de rumbo de este buque insignia del puerto de Ciutadella. Y es que, esta empresa asumirá la gestión por un canon de 101.000 euros (sin impuestos) cuando el precio base de salida estaba fijado en 22.900 euros. Astilleros Llompart ofertó 36.500 euros mientras que la UTE Varadero Port Ciutadella propuso 38.900 euros. No obstante, no ha sido el único aspecto en obtener mejores puntuaciones. En lo que respecta a la parte técnica y a tarifas, Marina Seca también logra, en conjunto, puntuaciones superiores. Ports IB asevera que en una licitación «obviamente la propuesta de canon más alta obtiene muchos puntos pero también se analizan los plazos de la concesión, las tarifas y la inversión». Y en la baremación de todos estos aspectos, Marina Seca Port de Ciutadella se ha anotado 85,7 puntos, frente a los 67,2 de la actual concesionaria y los 53,4 del tercer licitador.