El catálogo de reaperturas de Ashome apunta a la vuelta del Sol Milanos Pingüinos el 4 de julio, pero dependerá del ritmo de reservas.

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Nadie dijo que la vuelta a la actividad turística iba a ser fácil. De hecho muchos hoteleros ya han optado por dar la temporada por perdida y centrarse en la que viene, mientras que los que ya han abierto, tienen decidido abrir en los próximos días o están batallando por hacerlo en breve, se están encontrando con una dura realidad. Según revelan desde la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), la gran mayoría de establecimientos están sufriendo más cancelaciones de reservas previas a la crisis sanitaria que nuevas contrataciones. El riesgo de abrir es altísimo, más todavía con el fantasma de un rebrote estival revoloteando.

Uno de los primeros grupos hoteleros que se atrevieron a abrir a principios de junio, el Carema Hotels, con tres establecimientos en la Isla, da fe de la situación. «La gente poco a poco se está volviendo a animar, están entrando reservas, pero hay muchas cancelaciones, hemos perdido un 50 por ciento de las que teníamos antes de la pandemia», explica su director general, Max Weinbinder. En ese sentido la gerente de la patronal hotelera, Azucena Jiménez, explica que las reservas llegan «muy despacio, muy tímidamente» y que algunos mercados cruciales como el británico «están paralizados».

Desde Ashome acaban de publicar un catálogo de reapertura que recoge la previsión de que alrededor de 130 establecimientos hoteleros de toda tipología (en Menorca hay registrado unos 400) hayan abierto sus puertas antes de que termine el mes de julio.

Entre ellos figuran algunos hoteles que durante semanas han estado en seria duda, como el Sol Milanos Pingüinos de Son Bou o el Insotel de Punta Prima. No obstante, desde la patronal matizan que esos son previsiones y que muchos establecimientos y de gran peso están a la espera de ver cómo evolucionan las reservas de última hora y también cómo se terminan resolviendo las demandas de flexibilidad para los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Hecho ese matiz –en tiempos de covid-19 hay muy pocas certezas– un vistazo al catálogo muestra como a estas alturas del año hay ya casi medio centenar de establecimientos abiertos, entre hoteles de costa, de ciudad, alojamientos rurales, aprthoteles, complejos de apartamentos, etc.). Esta semana tendrían previsto volver a abrir sus puertas ocho establecimientos hoteleros, mientras que entre el 1 y el 7 de julio prevén hacer lo propio casi medio centenar. Entre el 7 y el 15 de julio serían otros 22 y cuatro hoteles retrasan su apertura a finales del mes de julio.

Previsiones
Los establecimientos que ya están operativos están hasta el momento centrados en el turismo balear y en menor medida en viajes por motivos de trabajo. Esperan que con la entrada de julio se reactive el turismo nacional y que empiecen a llegar turistas extranjeros, sin embargo las previsiones de ocupación –aún con una planta reducida– no son demasiado halagüeñas. En ese sentido, Weinbinder explica que las previsiones más optimistas hablan de un 60 por ciento de ocupación en relación a los datos del año pasado. Abrir esta temporada supone un gran riesgo empresarial y el gran temor se centra en una posibilidad latente, que un rebrote de la pandemia obligue a dar marcha atrás. «Un golpe lo podemos soportar, dos, no», explican desde Carema Hotels. Las imágenes vividas en el Primer Toc de Sant Joan no contribuyen a la tranquilidad.