Los pasajeros que llegan a la Isla, procedentes de cualquier otro punto del país no precisan rellenar el cuestionario sanitario ni se les toma la temperatura como ocurría en la desescalada en puertos y aeropuertos. | Gemma Andreu

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El final del estado de alarma ha ido incorporando una inquietante normalidad en los puertos y aeropuerto de la Isla que reciben pasajeros procedentes de cualquier otra ciudad española. Aún no ha transcurrido un mes desde el final del estado de alarma, y las tres primeras instalaciones de la Menorca pueden recibir a sus usuarios nacionales prácticamente con las mismas condiciones que antes de que estallara la pandemia.

Solo aquellos viajeros que proceden del extranjero desde la apertura de fronteras en el espacio schengen, que son los únicos desplazamientos operados por el momento, son sometidos a los tres controles sanitarios que, durante la desescalada, debían superar todos aquellas personas que entraban en la Isla o en cualquier otra instalación española.

Aena confirmó ayer que son los viajeros de los vuelos internacionales los que están sometidos a la obligatoriedad de rellenar el documento sanitario donde incorporar sus datos y el lugar donde van a residir durante su estancia, por si fuera necesario un rastreo o su localización, el control de temperatura, bien a través de termómetros digitales o con cámaras termográficas, y el control visual a cargo de los sanitarios desplazados a los puertos y aeropuerto. Si alguno muestra síntomas de un posible contagio se inicia el protocolo que pasa por una revisión más exhaustiva a cargo de un médico y su posible derivación a un centro sanitario.

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Para el resto de pasajeros el BOE del pasado 24 de junio ya reflejaba la desaparición de la obligatoriedad de los controles sanitarios, que quedan bajo la determinación de las propias compañías.

En lo que se refiere a Menorca, las entradas en los puertos de Maó y Ciutadella se realizan con normalidad. Baleària y Trasmediterránea han suprimido estos tres controles para el pasaje nacional, aunque mantienen sus propias normas de seguridad a bordo, precisó el departamento de comunicación de la ‘Tras’. Es decir, es obligado el uso de la mascarilla durante el viaje, se debe mantener la distancia social de seguridad de un metro y medio entre pasajeros y debe ser continuado el uso de los hidrogeles y la higiene en el buque durante y al final de cada trayecto.

«Los pasajeros respetan estas normas y la tripulación apenas tiene que intervenir», indica Juan Carlos Díaz, responsable del departamento, que hizo el primer trayecto a bordo del «Ciudad de Granada», desde Barcelona a Maó, hace pocos días.

Respecto a los inconvenientes derivados de un posible contagio en las islas a cargo de viajeros nacionales por la ausencia de cualquier tipo de control a su llegada, el portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, Javier Arranz, indicó ayer que las compañías, tanto aéreas como navieras, son las que realizan el seguimiento porque «tienen la obligación de disponer de los datos de todos los pasajeros que trasladan por si fuera necesaria su localización, y es lo que se está haciendo».