Un ciclista pasa por delante de la entrada a uno de los clubes de jubilados de Maó, en el Camí des Castell. | Gemma Andreu

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Los centros de ocio para jubilados y pensionistas de Menorca, un total de once agrupados en la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de la Isla, llevan cerrados desde mediados de marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Ahora, adentrados ya en el verano, trabajan de la mano del Consell para recuperar su normalidad, con distancias y medidas de seguridad, pero con toda probabilidad los clubes no reabrirán hasta el próximo septiembre.

La consellera de Bienestar Social, Bàrbara Torrent, pide «prudencia» y aconseja que aprovechen la época estival, en la que ya normalmente hay una bajada de actividades, «para organizarse». Torrent tiene previsto reunirse hoy con representantes de los clubes para trasladarles un documento con recomendaciones elaborado por la institución insular, después de haber mantenido ya un primer encuentro y después contactos individuales con cada entidad, ya que la situación varía –en cuanto a espacios y posibilidades de reorganizarlos–, de un club a otro. Este documento está en la línea de lo que ya se está implantando en Mallorca, explicó Torrent, y son un conjunto de medidas para que puedan reabrir, una decisión que al final corresponde a las asociaciones de jubilados porque «son independientes». La consellera también resolverá las dudas que planteen los clubes sobre cómo minimizar el riesgo de contagio de la covid-19 en su actividad.

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El parón de los clubes se lleva mejor ahora por sus socios que en los meses de confinamiento, explica el presidente de la Federación, Pere Pons, «ahora podemos salir, hacer nuestra vida, y si no vas al club, vas a otro sitio». De hecho buena parte de las actividades se realizan en invierno.

Son entre 9.500 y 10.000 personas las vinculadas a estos clubes de ocio para mayores, un colectivo muy numeroso que ahora está a la espera de la reapertura, «estamos totalmente pendientes de las órdenes sanitarias», señala Pons, consciente de que se trata de un colectivo vulnerable.

Por otro lado, dentro de los locales también hay servicios de bar y cafetería que han tenido que cerrar; en cada club la situación es particular, ya que algunas entidades gestionan directamente este servicio y otras lo ceden a terceros. Incluso algunos clubes están supeditados para reabrir a decisiones externas, de CaixaBank en el caso del club de Es Mercadal y de otro en Ciutadella, ya que la entidad financiera es propietaria de los locales. El temor a un rebrote condiciona el funcionamiento de estos lugares de ocio y encuentro.