Un obrero, con la mascarilla como nuevo elemento de seguridad añadida al casco y otros materiales, en los trabajos de rehabilitación de una vivienda | Josep Bagur Gomila

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La estadística de obras en marcha que elabora el Colegio de Aparejadores e Ingenieros de Edificación de Menorca refleja el parón que ha sufrido el sector de la construcción a causa de la crisis del coronavirus. La inversión ha caído en el segundo trimestre un 61,5 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

El dato no asusta, esta vez la construcción no será la principal perjudicada por la crisis, como ocurrió una década atrás, sino que «por primera vez, este sector será motor de la recuperación en vez de la gran víctima», asegura Miguel Ángel Sicilia, presidente del citado colegio.

Basa su afirmación en los números y sobre todo en las perspectivas que ahora mismo registra la construcción, «no se ha podido trabajar por las circunstancias conocidas, pero se han encargado obras y se están contratando para el otoño, o para este mismo verano si se puede trabajar, hay una inercia de trabajo seguro hasta la temporada de verano próxima», explica. Para ello es necesario que la crisis sanitaria esté en vías de control.

La caída del segundo trimestre resulta más aparatosa por la referencia del mismo periodo de 2019. Ese año ha marcado el pico de la tendencia al alza que se ha venido registrando en los últimos años. Durante ese trimestre del año pasado se doblaron las cifras de inversión del mismo periodo de los dos años anteriores. «Ahora tocaba bajar, la covid-19 ha acentuado la reducción, pero la marcha de este año marcada en el primer trimestre era mejor que la del 17 y la del 18», señala el presidente de los aparejadores.

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El optimismo que transmite tiene su origen en la vuelta general al trabajo después de Semana Santa cuando se pusieron en marcha proyectos que habían estado detenidos en los despachos a petición de los promotores. Fueron dos semanas de fuerte debate e incertidumbre durante las cuales se aprobaron medidas de seguridad específicas para los trabajadores de la construcción y los técnicos de las obras.

Declaración responsable

Otra de las razones para un futuro mediato de más encargos estriba en el famoso decreto ley 8/2020, que recoge la fórmula de la declaración responsable como requisito para iniciar obras sin pasar previamente por la lenta burocracia municipal de la concesión de licencia. La declaración responsable puede aplicarse en aquellos proyectos que no modifican los parámetros urbanísticos, «han sido valientes al tomar esta decisión, acertada en momentos de reconstrucción económica», valora Sicilia, quien reivindica la agilización de los servicios técnicos municipales. «Conseguir una licencia ha der un trámite normal, no causa de celebración después de meses de espera».

En la estadística ha perdido peso la legalización de obras una vez superado el periodo de vigencia de la ley Bauzá. Durante el primer semestre del año pasado no hubo ninguna y en lo que va de este han sido siete, cuatro de las cuales corresponden a Ciutadella. El capítulo más voluminoso en trabajos acabados o en marcha son las rehabilitaciones de casas o edificios, que cada trimestre supera el centenar, según los números del colegio de aparejadores, que tienen la virtualidad de ofrecer una radiografía del trabajo realizado en un periodo concreto.