«El mejor homenaje». Junto con los presbíteros y diáconos de la diócesis el obispo Conesa afirmó que «al despedir a todas las personas que han fallecido por la Covid-19 nuestro mejor homenaje es una oración sincera por ellos» | Gemma Andreu

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«Es necesario restañar las heridas que esta pandemia ha provocado en muchos, especialmente en los más débiles. Y, sobre todo, nos vemos comprometidos a trabajar para paliar las consecuencias económicas de la crisis sanitaria y el dolor de tantas familias que se están viendo abocadas a la pobreza. Como Iglesia no podemos permanecer al margen», manifestó ayer el obispo Francesc Conesa en el funeral diocesano por las víctimas de la covid-19 que acogió la Catedral de Menorca.

Afirmó el prelado que «nuestras parroquias e instituciones, nuestras Cáritas y los organismos de atención a los más pobres, todos debemos implicarnos para ayudar a sanar tanto dolor».

Junto con prácticamente todo el clero de la diócesis, el obispo Conesa Ferrer presidió esta celebración eucarística que también contó con la participación del pastor anglicano de Menorca, el padre Paul Strudwick. Durante la misa, que contó con la asistencia de las autoridades políticas y militares de la Isla así como un numeroso grupo de fieles, entre ellos varios familiares de los fallecidos, la coral de la Catedral «Pueri Cantores» interpretó acertadas composiciones bajo la dirección de Cristina Álvarez, con Tomé Olives al órgano.

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Lo superfluo y lo esencial

Conesa interpeló a los asistentes, tras afirmar que «como cristianos miramos al futuro con optimismo porque creemos en un Dios que confía en el ser humano y no nos abandona nunca», con la necesidad de «discernir lo que de verdad importa, porque nos rodeamos de muchas cosas superfluas y hay que prestar atención a lo esencial».

También advirtió que «no podemos seguir construyendo una sociedad basada en el consumo sin límites, que no respeta el medio ambiente y deja al margen a muchas personas» y propugnó «crecer en solidaridad, lo que significa abandonar actitudes egoístas y ponernos al servicio de los demás». El obispo aseveró que «el peor virus que puede afectarnos es la indiferencia».

Entre las autoridades asistentes, la vicepresidenta del Consell Maite Salord, que representó a la presidenta Susana Mora, ausente por una indisposición; el conseller del Govern balear Marc Pons y el senador Jordi López.