El Grupotel Mar de Menorca, en Es Canutells, es uno de los grandes establecimientos que permanece cerrado. | Josep Bagur Gomila

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Solo uno de cada tres establecimientos hoteleros ha abierto sus puertas este verano, que turísticamente y salvo excepciones no comenzó antes de julio. La oferta total ha sido de unas 8.400 plazas de los establecimientos agrupados en la Asociación Hotelera de Menorca y de esa cifra se perderán en poco más de una semana unas 3.500, por lo que la oferta de septiembre será ligeramente inferior a las 5.000 plazas.

Con esa disposición se intentará estirar una temporada que no deja resquicio al optimismo. Solo se puede contar ahora con pasajeros nacionales, checos, suizos, luxemburgueses, polacos, franceses y poco más.

En cuanto a la planta de apartamentos, compuesta por 12.448 plazas, ha abierto el 40 por ciento. Este tipo de oferta, al igual que los agroturismos y las viviendas vacacionales, ha generado mayor demanda por ofrecer más seguridad sanitaria al tratarse de alojamientos más reducidos y que facilitan más independencia en el hospedaje.

La patronal hotelera ha eludido realizar este año informes de ocupación y estadísticas, por lo que los datos proceden de la información directa recopilada a través de las empresas asociadas. No reúne toda la oferta turística de la Isla, pero sí muestra una fotografía real del negocio turístico del verano.

La turoperación prácticamente ha desaparecido y, en cambio, han llegado sucesivos vetos de mercados clave para Menorca como el británico o el alemán, por lo que el panorama, que en julio había despuntado con ligero optimismo y mucha voluntad empresarial, se llenó de nubarrones a finales de ese mismo mes. El impacto negativo ha sido, por tanto, de dimensiones colosales, inéditas en el sector turístico.

El resultado de tales circunstancias se va conociendo, muchas empresas turísticas no han podido abrir y otras han debido cerrar de forma anticipada al complicarse de nuevo la situación sanitaria. La mejor perspectiva plantea el horizonte de mayo de 2021 para retomar la actividad.

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Menorca no logró entrar en el plan piloto del corredor seguro a finales de junio que llevó los primeros turistas alemanes a Mallorca pero por culpa del empeoramiento sanitario de Mallorca se han tomado restricciones para el acceso turístico a todo el archipiélago. En la patronal asumen que todos los elementos han jugado en contra.

«Nos jugábamos mucho y no ha habido casi ninguna incidencia en los hoteles por los protocolos que hemos implantado. El 95 por ciento de los clientes encuestados se va satisfecho por las medidas de seguridad, el trabajo empresarial se ha hecho bien», comenta Luis Pablo Casals, presidente de Ashome.

Asamblea

Ashome celebró el jueves una asamblea a la que asistió el 85 por ciento de los socios movidos a partes iguales por la preocupación y el interés por remontar un contexto adverso desconocido hasta ahora. No hubo lamentos y sí mucho ánimo colaborativo.

La asamblea aprobó la hoja de ruta elaborada por la patronal con el objetivo de trabajar en ella de forma proactiva e independiente sin que ello suponga renunciar a la colaboración con la Administración a través de la fundación turística o en cuaquier otro foro en el que puedan aportar conocimiento, experiencia y contactos.

«Hay que reconvertirse y adaptarse, cambiar la mentalidad, no desaparecerán los paquetes turísticos, pero nadie puede depender ya de esa fórmula», explica el presidente. Tampoco el mercado británico puede representar el 60 por ciento del turismo en la Isla, «hay que abrir nuevos mercados y crear demanda potenciando la marca Menorca como proponemos en la Hoja de Ruta aprobada por unanimidad en la asamblea», añade Casals.

Los hoteleros hablan también de reconversión, este verano se ha tocado fondo y la Hoja de ruta plantea un cambio de paradigma en un plazo de tres a cinco años. La crisis ha marcado el inicio de una nueva era, resume Ashome.