Imagen de un equipo de rastreadores de contactos covid-19. | Pere Bota

TW
10

Pese a reconocer el esfuerzo que realizan los profesionales de las unidades volantes, una joven menorquina Júlia Florit, ha puesto en evidencia en un hilo de Twitter las carencias del sistema de control de los positivos en SARS-CoV-2 en la Isla. Esta investigadora predoctoral en Barcelona afirma que «prácticamente no se nos hace seguimiento y no tenemos ningún teléfono de contacto donde dirigirnos si tenemos dudas». Lamenta que en ningún momento ha podido ver los resultados de sus pruebas, sino que ha tenido que confiar en lo que le han dicho por teléfono, cuando lo habitual en cualquier tipo de dolencia es tener acceso a las analíticas u otras pruebas diagnósticas.

Noticias relacionadas

Además Florit apunta que la aplicación para móvil Radar Covid difícilmente podrá funcionar si no se inserta el código de diagnóstico de los positivos, «nadie me lo ha facilitado en ningún momento», y eso que la ‘app’ fue presentada recientemente por la Conselleria de Salud y se realizó una llamada a la población para que se la descargara de forma masiva. Esta internauta denuncia que ella misma tuvo que contactar con el IB-Salut para realizarse una segunda PCR ya que la primera dio negativa –tras tener contacto con una persona infectada–, y mientras tanto se le recomendó estar aislada. El segundo test que ella misma tuvo que reclamar dio positivo. Los tres primeros días tras ese resultado contactaron con ella para seguir su caso pero desde el 25 de agosto «nadie se ha puesto en contacto conmigo».

El viernes 29 tenía cita para repetir pruebas de serología en una UVAC pero fue entonces cuando se enteró de un cambio en el protocolo y es que en la actualidad a los pacientes leves o asintomáticos se les da de alta automática al cabo de 14 días de haber dado positivo. Hasta la fecha nadie le había informado de ese cambio.