Colas de agosto. El bus a Macarella es el que mejor ha resistido la caída general de la demanda y el que más pasajeros ha transportado tanto este como el resto de veranos pasados | Gemma Andreu

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El total de los turistas o usuarios playeros que este año han optado por el bus para ir a las playas vírgenes suponen en cifras la mitad de los que el año pasado lo utilizaron solo para ir a Macarella. Los datos ofrecen otra dimensión certera de la caída de las cifras turísticas, que ciertamente no son comparables con ningún otro verano.

Macarella es con diferencia abrumadora la reina del sur. Los usuarios del bus a la cala han sido la tercera parte del año pasado, que cerró con 97.000 pasajeros, pero sigue siendo la más atractiva. De los casi 46.000 pasajeros que han utilizado el bus playa este verano para ir a alguno de los cinco destinos ofrecidos, el 68,8 por ciento ha ido en la línea de Macarella, es decir algo más más de dos de cada tres.

Dentro de la caída generalizada que este atípico verano ha registrado en el servicio del bus playero, la línea de Macarella es la única que mantiene el tipo también en cuanto a ocupación. Durante las semanas centrales de agosto superó algunas jornadas el 30 por ciento y el resto estuvo en torno al 27.

Las playas del entorno de Favàritx muestran una tendencia a la baja un poco más sostenida debido sin duda al aparcamiento de unas 200 plazas habilitado a cuatro kilómetros de las calas Presili y d’en Tortuga, a las que que se accede desde el Camí de Cavalls. «Ha sido un gran acierto», afirma la consellera de Movilidad, Francesca Gomis.

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