Joan Mercadal, presidente de la asociación que está prácticamente inoperativa. | Adolf Sintes

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El desalojo forzado de las instalaciones que ocupaba hasta ahora en precario la Associació de Gallina Menorquina va a suponer la suspensión de las escasas actividades que realizaba este grupo en los últimos tiempos, ha señalado su presidente, Joan Mercadal.

La asociación utilizaba desde hace 16 años la antigua perrera situada en el Camí de Capelletes, gracias a la cesión del Ayuntamiento de Ciutadella. Sin embargo, hace un par de semanas el presidente recibió la comunicación verbal para que retirará el material y la maquinaria que acumulaban en ese lugar ya que el consistorio lo necesitaba para darle otra utilidad relacionada con la Protectora de Animales.

«Agradecemos que nos hayan dejado estar ahí durante 16 años», tras el convenio firmado con Llorenç Brondo, que entonces era el alcalde, indica Joan Mercadal.

Tanto las dos incubadoras como los 180 cubículos para las gallinas y 20 más para los gallos, con un valor aproximado de 50.000 euros, han sido depositados en otras dependencias que les ha cedido el propio ayuntamiento. En cuanto a los animales solo quedaban seis gallinas y un gallo de los que se ha hecho cargo un colaborador de la asociación.

Joan Mercadal vierte su desilusión por el escaso apoyo político que ha recibido durante los últimos años, y anuncia que dados los pocos animales de que disponía el colectivo, junto al desalojo de las instalaciones, motivará que ya no tengan huevos para incubar, ni tampoco criarán polluelos.

La asociación llevaba seis años sin pasar cuotas y sin organizar el concurso, y dos más sin participar en la feria de la perdiz.

Mercadal sostiene que hay bastantes personas que poseen gallinas menorquinas y seguirán criándolas, pero de seguir así «posiblemente llegaremos al nivel de 1990, cuando este animal estaba cerca de extinguirse».