Imagen de ayer entre las 10.30 y las 11 de la mañana con varios ciudadanos a la puerta de la oficina, varios de ellos sin reserva de hora.

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Las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social en Maó se han convertido en un reflejo de la administración lejana, lenta y burocratizada que creímos haber dejado atrás. Un solo funcionario atiende las consultas ciudadanas, al menos ayer, que previamente han reservado hora.

Sin embargo, lograr esa reserva, la cita previa, constituye un auténtico muro. Así lo definía una ciudadana que se había personado a las puertas del organismo, en la plaza Biosfera de Maó, al no haber logrado la cita tras varios días de intento a través de la web institucional.

No fue la única, otro vecino reconoció su ingenuidad al constatar que sería imposible salir de dudas respecto al problema que le había llevado allí. Este intentó la reserva de hora a través del teléfono habilitado por el Ministerio, un 901, lo que implica que la llamada la pagan a medias el usuario y el titular de la línea. No es eso lo que le preocupaba, sino que el número le hubiera remitido finalmente a la web aduciendo que no había horas disponibles para la cita.

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