Una mujer accede a la zona de las consultas externas del Hospital Mateu Orfila, ahora con problemas para suplir especialistas

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El Hospital Mateu Orfila cerrará 2020 con tres especialistas menos, un cardiólogo ya ha abandonado el centro y en breve lo harán un digestólogo y una hematóloga. El equipo de cardiología pierde al doctor Raúl Carro, quien se incorporó al servicio en 2015; natural de Cuba, realizó la residencia MIR en la especialidad de cardiología en el Hospital Universitario de Gran Canaria. Otro especialista de origen venezolano, Paul García, gastroenterólogo, también deja el hospital, donde ha trabajado los últimos doce años. Y la lista la completa, de momento, la doctora Pilar Galán, jefa de la sección de Hematología y Hemoterapia del ‘Mateu Orfila’, quien ya habría comentado su decisión de marcharse en enero a algunos de sus pacientes.

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El sindicato médico Simebal ha confirmado la marcha de estos especialistas y lo achaca a un serio problema de falta de fidelización e incentivos, hay «un desencanto» generalizado entre los profesionales, aseguró este viernes el delegado en Menorca del colectivo, Claudio Triay. El último bofetón ha sido la decisión del Govern balear de congelar el sueldo de sus funcionarios, «somos la única comunidad autónoma en la que no se sube el 2 por ciento», critica el portavoz de Simebal, mientras «se siguen manteniendo unas dietas escandalosas para los políticos de 22.000 euros». Una indemnización por residencia que indigna a un colectivo cuyo plus de insularidad es 500 euros inferior al que se cobra mensualmente en Canarias. «Y del plus covid ni hablo», añade Triay, quien recuerda que este plus extraordinario por la lucha contra la pandemia, que aquí no cobran, sí lo perciben los sanitarios de países como Francia.

Si a estas diferencias salariales «vas sumando cosas, como el transporte, la exigencia del catalán o que los hijos tienen que salir a estudiar fuera» el resultado es que el destino es poco atractivo. «No solo es una cuestión económica, sino la percepción de maltrato institucional que tienen los profesionales», concluye.