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El lunes 24 de mayo de 2021 está marcado con números rojos en el calendario del departamento de Servicios Generales del Consell. No se trata de un festivo, pero será una fecha histórica, el día en que casi 30 años después la máxima institución insular liquidará el último crédito que le queda por devolver y dejará a cero su deuda bancaria, liberándolo del pago de amortizaciones e intereses, una carga financiera que podrá destinar a otras necesidades presupuestarias. Los técnicos del Consell se tienen que remontar al año 1992 para encontrar una hacienda tan saneada.

La austeridad financiera impuesta por la llamada Ley Montoro, que durante siete años ha impedido nuevo endeudamiento para inversiones y ha priorizado la devolución de los créditos pendientes, se ha demostrado crucial para aligerar las cargas financieras de la institución y sanear sus cuentas a niveles históricos. Cabe tener en cuenta que en 2014 el Consell alcanzaba su mayor nivel histórico de endeudamiento. En ese año se presupuestaron los pagos por la indemnización del caso Cesgarden, elevando la deuda total a final de ese ejercicio a los 48 millones. Siete años después esa cifra se quedará a cero.

Mientras la deuda bancaria bajaba año tras año, a medida que se iban devolviendo los créditos para inversiones que se firmaron hasta el año 2012, seguía pesando la losa de las indemnizaciones, tanto por el caso Cesgarden, como el Princesa Son Bou. En el primer caso, el Consell primero refinanció la deuda y después pactó con el Govern el copago de las indemnizaciones. El año que viene y hasta 2027 el Ejecutivo autonómico abonará cada año un millón de euros al Consell por ese concepto.

Además, el pasado mes de noviembre el Consell echaba mano del remanente de tesorería del año 2019, concretamente de casi cinco millones de euros, para liquidar el crédito suscrito con el Banco Sabadell para pagar la indemnización del caso Princesa Son Bou, que también ha desaparecido del cuadro de movimientos y situación de la deuda de la máxima institución insular.

Actualmente solo quedan por pagar dos créditos que se contrataron inicialmente en los años 2006 y 2008 por seis y algo más de cinco millones respectivamente. Del primero quedan por pagar a fecha de hoy 250.000 euros y del segundo, 51.997,85 euros. El conseller de Servicios Generales, Josep Pastrana, explica que el pasado mes de noviembre pudieron adelantar también el pago de estos dos créditos, pero tendrían que haber asumido una penalización. Consideraron que no valía la pena, teniendo en cuenta que a finales de diciembre llega la última cuota del crédito de 2008 y que seis meses después, el 24 de mayo, se liquida el de 2006.

En los presupuestos del año 2020 se preveía contratar el primer nuevo crédito desde 2012 por valor de 1,9 millones, pero finalmente no se llegó a formalizar. Lo mismo ocurre en el presupuesto de 2021, donde aparece un nuevo crédito de 13 millones de euros que el Consell no pretende suscribir. El año 2021 dejará a cero la deuda del Consell, pero sobre la Plaça Biosfera planea el fantasma de una nueva indemnización millonaria por el caso del parque acuático de Biniancolla.