Equipos. El doctor José Antonio Vidal y los integrantes de la UVAC este viernes, en el centro de salud Dalt Sant Joan de Maó | Josep Bagur Gomila

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Desde que se crearon a principios de marzo, las Unidades Volantes de Atención al Coronavirus (UVAC) hacen de dique de contención de los embates de la pandemia. Activadas a todas horas, no importa el día ni si es festivo, con 24 profesionales que trabajan en las tres unidades bajo la coordinación del doctor José Antonio Vidal, llevan ya en primera línea diez largos meses en los que han tenido pocos momentos tranquilos. Enero será un mes clave, asegura en esta entrevista el doctor Vidal, quien no se cansa de insistir en que la población debe aplicarse un «confinamiento social» y reducir sus relaciones a los convivientes.

¿Se ha llegado ya al pico de contagios por el efecto Navidad?

—No. Hay que contar alrededor de 14 días como mínimo desde una fecha determinada y todavía no han pasado desde Nochevieja o Reyes. Yo creo que una fecha clave para saber cómo estamos después de las fiestas navideñas será el día 17, es la que tenemos marcada. Y otra fecha muy importante será el 31, para ver cómo acabamos enero.

Son días de mucho trabajo en las UVAC ¿cómo se gestiona?

—Llevamos desde marzo y la metodología que usamos desde que detectamos un positivo la hemos ido perfeccionando, pero es verdad que la cosa se complica si cada vez hay más casos, hay que invertir más tiempo y recursos. Es preocupante que esta semana, en tan solo cuatro días, hemos tenido 126 positivos. Lo que nos da cierta tranquilidad es que son positivos que hemos encontrado nosotros, no enfermos que van al hospital. Sabíamos que este aumento de contagios iba a ocurrir por el mayor contacto social, estamos en un momento crucial.

¿Hay riesgo de que se colapse el hospital?

—Lo que hacen las UVAC ahora mismo precisamente es intentar evitar que se colapse, porque además los enfermos de covid necesitan cuidados durante muchos días. Lo que está claro es que una proporción de los casos positivos es normal que acabe en medicina interna o en UCI. Nuestro cálculo es que de cada cien positivos, la probabilidad es que dos ingresen en planta y uno en cuidados intensivos. La mayoría pasa la covid-19 asintomático o leve, pero solo por tener un elevado número de casos es probable que esa proporción, dos en medicina interna y uno en intensiva, llegue al hospital.

¿Está Menorca ante la tercera ola de la pandemia?

—En Menorca han ido subiendo los casos y luego se ha doblegado un poco la curva y han bajado, la evolución de la pandemia está siendo como un diente de sierra, no lo definiría como una ola, no lo veo apropiado. Ahora estamos en una meseta, más alta, pero no se ha visto un ascenso tan grande de casos y Dios quiera que no lo haya, para eso estamos las UVAC, para intentar siempre tirar de la punta de la gráfica y pararla; al final la mayoría de las veces lo conseguimos, aislando positivos y sus contactos y haciendo pruebas, pero claro no podemos hacerlo solos, necesitamos la colaboración ciudadana.

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¿Qué es lo que se hace mal, por qué estas cifras al alza?

—En primer lugar no sirve que el 80 por ciento de la población esté concienciada y el resto no, o somos todos o esto no funciona. Y en segundo lugar, yo creo que el mensaje tiene que ser más claro, que nuestros contactos estrechos sean solo convivientes, y que ellos solo nos tengan a nosotros como su único contacto estrecho, es la única forma de bajar los casos. Si empiezo a contar mesas y comensales no lo soluciono, porque puedo estar desayunando con cinco, comiendo con otros cinco y cenando con cinco diferentes. Siempre digo que cuando desayunas con un amigo, lo estás haciendo con él y con sus contactos estrechos, y viceversa, así que como los dos tengamos muchos contactos estrechos en la mesa se están sentando 30 o 40 personas. En el momento en el que uno de ellos sea positivo puede dar lugar a un gran brote.

¿Están siendo efectivos los controles de pasajeros en puertos y aeropuerto?

—Sí, y además tener ese control era algo necesario, porque por mucho que hagamos en Menorca si no se controla a la gente que llega..., es tan importante saber quién es positivo como intentar descartar que el resto de la población es negativa, eso a veces cuesta más. Una primera PCR negativa no significa que no tengas el virus, para descartarlo se tendría que estar diez días en cuarentena y tener una segunda PCR negativa al décimo día. Por eso, con una primera prueba hay que seguir exigiendo que se respeten las normas. No nos podemos guiar por los síntomas, porque el 60 por ciento de las personas con covid-19 son asintomáticas.

Acaba de comenzar la vacunación ¿avanza a buen ritmo para inmunizar a la población antes de junio?

—En principio yo creo que con los tiempos marcados vamos a llegar, no va a haber un problema de vacunación, lo que es importante es insistir a la gente de que es necesario vacunarse.

Hay personas, incluso en colectivos de riesgo, que son reticentes ¿qué les diría?

—Hay que vacunarse, no hay duda ninguna, ese es el mensaje que se tiene que dar, tenemos un arma y hay que usarla. Yo me voy a vacunar seguro, si me tengo que enfrentar a la covid-19 porque si me infecto prefiero estar vacunado a no estarlo, me enfrentaré con algo más. En un futuro también se irán completando tratamientos, al final todo lo que estamos haciendo es para dar tiempo a la ciencia para poder controlar la pandemia. Si se tienen herramientas y no las usamos, no sirven de nada.

¿Ha habido algún caso de contagio en las unidades?

—Hemos tenido algunos casos de detección de anticuerpos, estamos expuestos. Los trabajadores sanitarios de primera línea somos conscientes del riesgo, tenemos nuestros protocolos y protección. Yo creo que como todo el mundo nosotros somos más vulnerables con un familiar si bajamos la guardia que con un paciente trabajando.