El viento y las averías han hecho caer en 2020 un 40,1 por ciento la producción eléctrica del parque eólico en relación al año 2019.

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El parque eólico de Milà ha cerrado el año 2020 con el segundo peor balance de generación eléctricas –solo por detrás del fatídico 2017– desde que la única planta eólica de Balears empezó a funcionar, en el año 2004. En el año saliente se ha registrado una velocidad media anual inusualmente baja (5,15 metros por segundo), en lo que ha ahondado la grave avería que ha sufrido y todavía sufre el molino número dos, reduciendo la producción anual a 3.641 megavatios hora (MWh), lo que a duras penas supera la mitad del potencial de generación del parque de titularidad pública.

Analizando los valores históricos de producción de los 17 años de vida del parque se puede observar como el balance del 2020 queda muy lejos de los máximos alcanzados en el año 2012, con 6.463 MWh. En el otro lado de la balanza se sitúa el año 2017, con un paupérrimo balance de 2.924,2 MWh. El descenso en relación al ejercicio inmediatamente anterior, el año 2019, cuando la energía generada fue de 6.084,8 MWh, es muy significativo, del 40,1 por ciento. No en vano la disponibilidad de los aerogeneradores a lo largo del año ha pasado del 89,4 por ciento al 70 por ciento.

Cabe recordar que el parque de Milà está a poco más de tres años de llegar al final de su vida útil y las averías, cada vez de mayor gravedad, se suceden a la espera de que se redacte y ejecute el proyecto de transformación de la planta, incluida la sustitución de los molinos por modelos más modernos y potentes. Los fallos en el parque han alcanzado este año al equipo de medición eléctrica (que se ha tenido que cambiar hasta en tres ocasiones). Eso hace que durante algunos meses no se haya facturado por la electricidad generada, situación que será corregida a lo largo de este año.

Por ese motivo el parque no ha podido ingresar más del 40 por ciento de la energía producida. Provisionalmente la facturación se ha cerrado con 274.487 euros, pero se estima que esos ingresos aumentarán hasta los 274.487,7 euros, la segunda peor cifra desde 2004, cuando se inauguró el parque. No obstante hay que tener en cuenta que el complejo sistema reglado de retribución no se consolida hasta dos años después del cierre de los ejercicios.