Los altos precios de la vivienda han llevado al Consell a buscar fórmulas alternativas. | Gemma Andreu

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El área de Vivienda del Consell ha logrado retener 200.000 euros para impulsar el proyecto de viviendas colaborativas. Esta partida ya se había reservado en 2020 pero fue sacrificada para poder cubrir las necesidades derivadas de la crisis sanitaria. Esta cuantía es, para la consellera Cristina Gómez, «un gesto» para poder poner en marcha el proyecto.

La covivienda es un fenómeno que surge como alternativa a los altos precios. El Consell pondría a disposición suelo público con el fin de huir del mercado especulativo. Lo gestionaría una cooperativa elegida mediante concurso y los cooperativistas no serían propietarios sino que tendrían un derecho de uso. Gómez defiende que si el suelo es público «la promoción abarata mucho su coste».

La consellera mantuvo una reunión con los alcaldes para conocer si existe disponibilidad de suelo para este fin. El departamento remitirá un esquema de características mínimas necesarias. Es ahora la opción más factible para impulsar el proyecto, indica Gómez. Aunque no descarta apostar por otras fórmulas si no existiera disponibilidad de suelo municipal, como la adquisición de un solar.

Gómez defiende que el hecho de que el Consell lidere la iniciativa, permite que el pliego de la licitación premie características ambientales, servicios comunitarios concretos, vocación de barrio u otros requisitos que vayan en sintonía de lo que busca la Administración. Cree que la clave está en encender el fuego de este proyecto innovador para que se produzcan «futuras réplicas».