Las obras se detuvieron por discrepancias con la constructora. | Gemma Andreu

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La primera piedra de los dos edificios de viviendas de protección oficial que se están construyendo en la calle Borja Moll de Maó se colocó, de forma simbólica, en febrero de 2019. Los trabajos comenzaron bastante más tarde y ambos proyectos se han visto afectados por las diferencias entre el Ibavi y la adjudicataria de ambos bloques, la constructora Proyecon Galicia SA. Tanto es así que hace unos meses se acordó resolver ambos contratos.

La licitación de los trabajos de finalización de ambos edificios está ya avanzada. En los pliegos de condiciones se informa que del bloque de cuarenta viviendas, con 3,7 millones de presupuesto, Proyecon llegó a ejecutar hasta la paralización de la obra a comienzos del año pasado un 13,7 por ciento de la tarea, mientras que de la construcción de 18 de viviendas y 1,8 millones de presupuesto materializó el 23 por ciento del proyecto. Si se hace una media ponderada de ambas situaciones, se concluye que se ha realizado un 16 por ciento del trabajo asignado a Proyecon.

El cambio de contratista por las discrepancias con Proyecon ha provocado un cierto encarecimiento de los proyectos. En el presupuesto de ambos pliegos de condiciones se indica un incremento de los gastos generales, además de una partida de 15.000 euros asignados directamente a «cambio de contrata». También se incorporan a los proyectos los incrementos de presupuesto pactados con la empresa antes de que esta renunciara definitivamente a acabar la obra, buena parte de estos relacionados con mejoras en eficiencia energética. En total, el aumento del coste de ambos edificios rondaría, aproximadamente, los 600.000 euros. De hecho, acabar la obra del edificio de cuarenta viviendas tiene ahora un presupuesto superior al proyecto inicial de 2018 que abarcaba el cien por cien.

Así las cosas, el 87 por ciento de la obra mayor se licita por 3,8 millones de euros y el 77 por ciento del edificio menor por 1,5 millones de euros.