Cala Llonga vista desde el Moll d’en Pons de Es Castell, una urbanización de gran actividad en la compraventa inmobiliaria. | Josep Bagur Gomila

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La mayoría de las inmobiliarias menorquinas apuntan al comprador francés como responsable de al menos la mitad de las operaciones realizadas en 2020. Algunos de los principales agentes rebajan la proporción, pero admiten que más de una tercera parte del total de compraventas realizadas en Menorca ese año pueden haber pasado a propiedad francesa, un mercado que, si bien ha perdido vigor respecto a los tres últimos años, mantiene el liderazgo con notable diferencia.

Para Bonnin Sansó, que ha hecho públicos los datos, las ventas al público francés han supuesto el 16 por ciento del total, los españoles representan el 32 por ciento y el mercado local, el 27. Los británicos, que se acercaron en los buenos tiempos al 40 por ciento de las operaciones, el año pasado tuvieron una cuota del 12 por ciento en esta agencia.

En Ses Moreres, especializado en propiedades de lujo, José Carrasco asegura que el comprador francés ha frenado un poco, pero así y todo, en 2020 estuvo detrás del 25 por ciento de las ventas realizadas.

Lluís Armengol, por su parte, comparte que el 90 por ciento de la venta internacional la realizó con compradores del país vecino, lo que representa algo más del 50 por ciento del global de operaciones de 2020.

Llorenç Carreras, de Portal Menorca y Estefanía Medina, de Fincas Marivent, declaran que los compradores de nacionalidad francesa han supuesto entre el 40 y el 50 por ciento de sus operaciones. En torno al 40 han sido también los clientes de Fincas Llonga’s, entre ellas dos fincas rurales, según reconoce Joan Villalonga.

Este profesional es, junto con Joan Torres, de Bonnin Sanso, quienes más destacan la pujanza del mercado nacional, concretamente los compradores madrileños. Villalonga la cifra en un aumento de al menos el 20 por ciento, muchos de los cuales son realmente descubridores, conocían Menorca solo de referencias.

El español ocupa ahora el espacio que dominó durante muchos años el cliente británico, en franca caída ahora pero con algún destello de remonte, según observación de Isabel Petrus, de Casas en Menorca.

Mercado diversificado

Otra de las conclusiones compartidas por los profesionales del negocio inmobiliario es la cada vez mayor diversificación del mercado inmobiliario. «Nos hemos internacionalizado más que nunca, hay compradores de todo el mundo», declara José Carrasco, de Ses Moreres. Son varios los agentes que citan a compradores norteamericanos.

El covid-19 provocó en verano un efecto refugio que animó las compraventas, en mayor o menor medida todos los consultados constatan que los malos presagios del confinamiento se rompieron en cuanto se abrió el comercio inmobiliario. Por esa razón, y por la fortaleza francesa, se ha esfumado el temor de la caída de precios.