Algunas de las construcciones para guarbar barcas afectadas están en la Cala Sant Esteve, en Es Castell | Gemma Andreu

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La lista de propietarios de la Cala Sant Esteve que están alegando ante la Demarcación de Costas por los planes de este organismo público estatal de acabar con sus concesiones de construcciones ubicadas en primera línea de mar, y en última instancia con las propias construcciones, va en aumento. Se conocen ya al menos una media docena de casos en este núcleo de Es Castell, similares a los dos que ya dio a conocer este diario hace unas semanas, relativos a viviendas. También se ha extendido esta controversia a otros espacios como Es Murtar, en Maó. Pero no todas las situaciones son iguales. Dependen del tipo de inmueble, entre otros factores.

Según relatan afectados, la Demarcación de Costas también tiene intención de extinguir las concesiones de las pequeñas casetas o barracas para guardar las barcas que se pueden ver en los núcleos del litoral insular. Insta a su derribo en un plazo de dos años, a pesar de que algunas de estas construcciones están catalogadas por las administraciones locales como patrimonio etnológico, y por tanto protegidas. En estos casos, Costas pretende incluso garantizar la ejecución de la demolición al reclamar a sus beneficiarios el depósito de un aval bancario para disfrutar de estos últimos dos años de concesión.

Este diario ha conocido el caso de un propietario de la Cala Sant Esteve a quien, tras solicitar en tiempo y forma la continuidad de la concesión de su caseta antes de su extinción en verano de 2018, se le concedió un nuevo permiso por un periodo de doce años, más otros doce prorrogables. Explica que, pese a ello, acaba de recibir una inesperada comunicación de Costas que le revoca esta decisión a instancias de lo establecido a posteriori por Abogacía del Estado y le concede un periodo de disfrute de la barraca de solo dos años tras el cual la pequeña edificación, de unos 16 metros cuadrados, debe ser demolida. Si no lo hace él, se ejecutaría el aval requerido de 20.000 euros que, asegura, no tiene ninguna intención de depositar.

Ha alegado ya ante la Demarcación de Costas y en estos momentos recaba documentación para demostrar ante este organismo que su caseta para guardar la barca es un bien incluido en el catálogo de patrimonio etnológico municipal de Es Castell y que también está inventariado como un bien a preservar por parte del Consell. Son construcciones que pueden tener más de un siglo de historia, construidas con marès con la cubierta curva en forma de puente, concebidas para albergar una embarcación y las capturas de la pesca del día, en el caso de haberlas.

La interpretación de la ley que, según comentan algunas fuentes, lleva a cabo Abogacía del Estado en el caso de las concesiones de Costas es que nada debe permanecer en primera línea de mar cuando puede estar en otro sitio, algo que podrá tener una interpretación dudosa con las casetas de barcas. En base a esta premisa, se revoca el permiso de uso a toda edificación que tenga un impacto visual cerca de la orilla.