Imagen del emisario de la desaladora de Ciutadella, que vierte salmuera en el proceso de desalinización

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La desaladora de Ciutadella ya está teniendo efectos negativos para la posidonia. El Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam) ha finalizado la primera fase del estudio Evaluación de las presiones y amenazas en el litoral y el medio marino de la Reserva de Biosfera de Menorca y en una de sus conclusiones advierte que se ha detectado un retroceso de la cobertura de la pradera aledaña al tubo difusor de la desaladora, hasta una distancia de 150 metros. Y eso que la planta desaladora apenas funciona al 22 por ciento de sus capacidades.

El Obsam, que lleva a cabo este trabajo con el apoyo económico de la Fundació Marilles, la Fundació per a la Preservación de Menorca y la Agència Menorca Reserva de Biosfera, ha tomado como base el estudio que se encargó en el año 2010 para evaluar la situación de la zona de vertido del emisario de la depuradora. Diez años después, tras solo uno de su puesta en funcionamiento, se ha repetido ese estudio y advierte de que «analizando los valores de cobertura en las diferentes zonas estudiadas se ha observado una disminución general en 2020 del 24 por ciento con relación a los valores obtenidos en 2010».

La amenaza se centra en los residuos de salmuera, el subproducto que deja el proceso de desalinización, cuyos vertidos continuados tienen afectación sobre las praderas de posidonia. Desde el Obsam advierten de esta tendencia que aún no ven «muy notoria» y reclaman un seguimiento periódico de la zona, sobre todo si se incrementa el uso de la desaladora.

En la primera fase del estudio sobre las amenazas antrópicas (las que tienen que ver con el ser humano) en el litoral se han detectado 36 tipos de presiones, que van desde la acuicultura y la contaminación lumínica, hasta los vertidos y las que generan las zonas portuarias y las urbanizaciones costeras, aunque por el momento se han evaluado 15. Entre las evaluadas destacan los efectos «irreversibles» de la construcción del dique de Son Blanc y la afectación de las antiguas granjas de acuicultura en Fornells. Por el camino se ha descubierto la primera cita de una nueva especie de ostra invasora.