Las lavanderías industriales dependen del turismo y las tintorerías lo hacen de eventos y celebraciones | Gemma Andreu

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La crisis sanitaria del coronavirus está haciendo mella en gran número de sectores económicos. Los últimos en alzar la voz han sido las lavanderías y tintorerías que han visto desplomarse su actividad. Ninguneadas por la administración pese a que fueron consideradas actividad esencial durante la declaración del estado de alarma del pasado mes de marzo, aseguran sentirse "las eternas olvidadas" de esta crisis. Alertan de que no han recibido ningún tipo de compensación por la caída de ingresos ni son tenidas en cuenta en ningún paquete de ayudas. Tampoco han contado con directrices a la hora de aplicar protocolos de gestión del material a manipular. Pese a ello, han trabajado, indican, trasladando "total garantía de seguridad" a sus clientes.

En Menorca, las lavanderías industriales tienen orientada su actividad hacia el sector turístico. Complejos hoteleros, restaurantes y apartamentos son sus principales clientes. Y sin turismo, esta actividad aneja al sector terciario se hace insostenible. Desde la Asociación de Lavanderías y Tintorerías de Menorca, adscrita a PIME, indican que la situación en Menorca "es dramática" con caídas del volumen de negocio de entre el 85 y el 90 por ciento con respecto a la actividad anterior a la era covid.

Todas estas lavanderías industriales han echado el cerrojo y tienen a la mayoría de su personal en expedientes temporales de regulación de empleo a la espera de que la actividad turística recupere el pulso.

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En cuanto a las tintorerías, de carácter más local, su actividad también ha caído en picado. Y es que, este tipo de negocios están "directamente relacionados con la vida social de la población", es decir, con celebraciones y eventos y el tratamiento de las prendas de vestir, una actividad que la pandemia del coronavirus ha cortado de raíz. La Asociación de Lavanderías y Tintorerías cuenta con una decena de estos locales asociados y que también han trasladado la dificultades por las que pasan. No pueden sobrevivir de unos pocos clientes habituales que utilizan sus servicios con mayor asiduidad.

El sector alerta, además, de que sin ningún tipo de ayuda y por su cuenta, tuvieron que crear un protocolo de actuación para el tratamiento de la ropa y garantizar sus condiciones de entrega ante un desamparo ante el virus y sin gozar de ninguna asesoría o apoyo técnico por parte de la autoridad sanitaria y de la administración.

Indican además, que manipulan prendas sin conocer el grado y tipo de contaminación. Pese a ello, se han adaptado para ofrecer su actividad con total garantía tanto a sus clientes como al personal trabajador de estos centros de lavandería.

El Gremi de Tintorers i Bugaders Illes Balears, compuesto por representantes de pimes y autónomos de este sector en Mallorca, ya ha pedido al Govern la constitución de una mesa de negociación para aprobar y poner en marcha medidas urgentes de ayuda directa al sector y evitar un posible cierre definitivo de la mayoría de empresas. Busca coordinar un plan de acción con el Ejecutivo que aborde los problemas económicos que les acucian.
Bajo mínimos. Las lavanderías industriales están prácticamente cerradas, ya que su principal volumen de negocio se concentra en el sector turístico.