El ‘serigot’ es el resto líquido que se genera durante el cuajado del proceso de elaboración del queso. | Laura Pons

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El proyecto de la empresa Cathedral Capital para levantar en Menorca una planta de transformación del suero de la leche (serigot) para su exportación a fábricas de alimentación infantil tiene un importante componente medioambiental y de economía circular. Según revela a este diario su principal impulsor, Joan Armengol, este proyecto que se presentará al reparto de fondos europeos incluye la construcción de una planta de biogás que cubrirá a partir de esta fuente renovable las necesidades de energía térmica de la fábrica y que funcionará con los purines de las fincas. Los payeses recibirán así un doble pago suplementario al de la leche, por el serigot y por los purines, los excrementos del ganado, liberándolos además de su gestión, de la que se suelen derivarse problemas de contaminación en las masas subterráneas de agua.

El proceso de fermentación de los purines permite la emisión de gases como el metano, que tiene un gran poder calórico que permite sustituir al gas natural y producir energía limpia a precio competitivo: «Ahorramos un problema, generamos riqueza y una ventaja competitiva porque en Menorca traer el gas es carísimo y nos impediría competir, teniendo en cuenta que en la Península cuesta casi la mitad. En un producto deshidratado el coste energético es brutal». Esta pata del proyecto ha permitido a sus promotores acogerse a una de las líneas de ayuda abiertas por el Ministerio para la Transición Ecológica a través de las llamadas manifestaciones de intereses. Una de ellas va destinada a la producción de energía en las Islas. Optan a recibir 800.000 euros, lo que permitiría reducir las necesidades de inversión local.

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Las cifras

El proyecto tiene un coste de 23 millones de euros y Armengol desgrana cómo se ha planteado la división de las aportaciones de capital. La mitad de esa cuantía, en concreto 11,6 millones de euros, se solicitan a los fondos europeos Next Generation. Otros 2,5 millones los cubrirán fondos de capital riesgo, 6,5 millones se conseguirán de la financiación bancaria y un máximo de dos millones de euros se abrirán a las aportaciones de los socios locales, abiertas a productores, industrias y todo el que esté interesado en participar. No obstante la intención es poder reducir esa cantidad hasta los 1,7 millones.

Armengol subraya que el objetivo de Cathedral Capital, sociedad coparticipada con Tomás Pérez, es asegurar la gobernanza, conseguir que el negocio dure y sea viable: «No nos iremos hasta que consigamos llegar a las cifras que nos hemos propuesto». No son objetivos menores ya que cuentan con lograr ya en el primer año de funcionamiento un Ebitda, el beneficio bruto de explotación, antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, de cuatro millones de euros.