La Illa des Porros, junto al Cap de Cavalleria. | R.L.

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El incremento de la presión humana en los islotes del archipiélago balear, afecta negativamente al medio natural y a la preservación de especies, en muchas ocasiones, endémicas. Esto afecta especialmente en aquellos casos donde no está regulado el acceso con ninguna figura de protección. En el caso de Menorca, se regula en el 34 por ciento de los islotes, mientras que en Eivissa sucede en 44 por ciento de los casos y en Mallorca, en el 15 por ciento. Por contra, en Formentera, la totalidad de islotes tienen su acceso controlado y regulado.

Estos datos los aporta el GOB-Mallorca, desde donde reclaman a la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio que impulse con «decisión» vías legales para dotar de protección efectiva estos espacios naturales.

El «Atles de les petites illes i els illots de les Balears» cuantifica en 149 los islotes que tienen presencia de plantas vasculares o fauna terrestre. Y de estos, según un estudio del GOB, 121 (81,2 por ciento) están amparados por figuras de protección al formar parte de parques naturales o nacionales, reservas naturales o espacios incluidos en la red Natura 2000. Es decir, los Lugares de Interés Comunitario (LIC), las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y las Zonas de Especial Conservación (ZEC). Por contra, 28 islotes (18,8 por ciento), carecen de protección alguna.

No obstante, que 121 islotes gocen de figuras de protección, no implica que éstas sean efectivas. De hecho, desde el GOB señalan que en 82 de estos se puede acceder libremente y en cualquier época y sin necesidad de autorización, algo que sucede con más frecuencia por el incremento de actividades como el kayak y el paddle surf.

Por esto, los naturalistas instan al Govern a aprobar los planes de gestión Natura 2000, que de hecho ya llegan con nueve años de retraso. Además, proponen crear la figura de la microreserva que contempla la Ley 5/2005 (LECO) y, en el caso de islotes importantes para especies catalogadas, apelar a la figura de área biológica crítica.

Estas tres opciones no son incompatibles, pero son de tramitación lenta. De ahí que el GOB inste a la Conselleria a impulsar decididamente estas u otras posibles vías legales, para que los islotes tengan la «protección efectiva que necesitan».