Imagen aérea del espacio de ampliación del vertedero de residuos de Milà.

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El Consorcio de Residuos y Energía de Menorca informó ayer del inicio de las actividades de vertido en una parte de la nueva celda del proyecto de ampliación del vertedero de Milà. Después de tres meses de obras, la llamada subcelda 2.2 ya se ha puesto en funcionamiento y permitirá relevar la actual celda de vertido en explotación (celda 3), que ya desde hace meses está rozando el límite de su capacidad. El nuevo espacio habilitado tendrá una vida útil estimada de ocho años durante los que se avanzará en la construcción de las otras fases de la ampliación.

Desde el Consorcio recuerdan que este punto es actualmente la única instalación de vertido en Menorca y que recibe la llamada fracción rechazo –lo que no se puede reciclar– de todas las plantas de tratamiento de la Isla. Se espera que los nuevos sistemas de reciclaje en origen y de valorización en la planta permitan reducir ostensiblemente la cantidad de fracción rechazo que llega al vertedero.

La construcción de la subcelda 2.2, que han sido supervisados en todo momento por inspectores acreditados de garantía de calidad y que fue autorizada por la Comisión Balear de Medio Ambiente, ha supuesto el movimiento de alrededor de 16.000 metros cúbicos de tierras entre excavaciones, creación de terraplenes y capas de regularización de tierras. Se han utilizado las últimas tecnologías en materia de impermeabilización, gestión de lixiviados (la filtración de líquidos) y sistemas de desgasificación y de gestión de aguas pluviales. Se ha construido un dique perimetral y una plataforma con una superficie aproximada de 2.100 metros cuadrados.

Ahora están pendientes de ejecutar las obras de la subcelda 2.1. Entre ambas actuaciones el presupuesto –ya incluido en el contrato de concesión del Área de Gestión de Residuos de Milà y ejecutado por la UTE Es Milà, asciende a 858.014 euros.