La monitora Sheila López Carreras, en su domicilio. | Gemma Andreu

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Los reflejos, la determinación y el conocimiento, aunque teórico y a través de vídeos en internet, de la maniobra de Heimlich, permitieron el pasado lunes a la monitora del comedor del colegio Maria Lluïsa Serra de Maó salvar a uno de sus alumnos de un percance muy serio. Un atragantamiento que, de no ser por la rápida intervención de Sheila López Carreras, no se sabe cómo podía haber acabado.

La joven de 27 años, formada como maestra de Educación Infantil pero que ejerce de monitora en el comedor escolar, tiene a su cargo niños desde P3 hasta sexto curso de Primaria y fue precisamente uno de los más mayores el que se hallaba comiendo pescado cuando de pronto se sintió mal.

«Me dijo que tenía algo clavado en la garganta, le llevé al baño, pensando que tal vez con unas gárgaras se le pasaría, pero no fue así, empezó a ponerse rojo y no podía hablar, le empezaba a faltar el aire», relató ayer la monitora, «fui en busca de ayuda pero justo en ese momento no vi a nadie y pensé tengo que actuar y le hice la maniobra». Decidida, no se dejó llevar por los nervios del momento y practicó lo que había visto en tutoriales on line. La maniobra de Heimlich es un procedimiento de primeros auxilios que consiste en compresiones abdominales para desobstruir el conducto respiratorio cuando se bloquea, por un objeto o un alimento.

«Le di un abrazo por detrás y con las dos manos, una encima de otra, empecé a apretar e impulsar justo debajo del esternón y el niño escupió una bola de pescado que tenía atorado», explica Sheila, «y ya de inmediato se sintió mejor, con molestias pero ya podía hablar». Todo fue intuitivo, añade la monitora, casi sin tiempo para pensar, poniendo en práctica los movimientos que nunca imaginó que tendría que realizar a uno de los pequeños de su escuela. «He tenido en la mente a veces que eso podía pasar, porque cuido a muchos niños que están aprendiendo a comer, pero la verdad, nunca crees que va a ocurrir», reflexiona. Lo cierto es que ella «pensaba que sería una de esas personas que se quedan bloqueadas pero no, supe que tenía que actuar».

No se trató de un percance banal, ya que la asfixia por atragantamiento es una de las principales causas de muerte no natural en España y la maniobra que practicó Sheila López salva vidas, incluso es conveniente aprenderla para practicársela a uno mismo. La monitora lo sabe porque en su búsqueda de vídeos explicativos «vi a un chico que se la hacía a sí mismo sentándose contra una silla». En el caso de este escolar todo quedó en un susto que la monitora ha comunicado ya a la dirección del centro y a la asociación de padres y madres. Para ella lo importante es que «la gente tome conciencia de que es bueno aprender estas cosas, nunca se sabe cuándo puede ocurrir, y los primeros auxilios deberían ser una formación intensa en los estudios».