Marí acudió a Fornells por petición expresa del alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller. | Gemma Andreu

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«Todo es susceptible de ser estudiado, sin poner en riesgo la inversión». A pocos minutos de empezar una reunión con representantes de distintos colectivos de Fornells, el conseller de Movilidad y Territorio, Josep Marí, abría ayer tarde un cierto margen para el diálogo y la reconsideración de algunos aspectos de la ambiciosa reforma de este puerto, aunque dejando claro que «el proyecto es el que es, ya ha sido muy trabajado y consensuado».

Después de la reunión, varios asistentes compartían la sensación de que el conseller Marí había generado una cierta expectativa de diálogo. Se mostró, explican, dispuesto a escuchar posicionamientos y propuestas sobre el controvertido edificio de la zona del antiguo restaurante Es Pla o el diseño de las terrazas de los restaurantes. Todo ello cuando el proyecto de reforma está en pleno proceso de licitación, con la previsión de comenzar las obras después del verano. También sobre los usos de las casas de la calle Governador.

Desde la Asociación de Comerciantes de Fornells intervinieron Laura Riera y Richard Riera. Su sensación de la reunión fue positiva, por el «talante negociador del conseller, está abierto de hablar de estos temas, es algo importante para el desarrollo del pueblo». Entienden que redimensionar o prescindir del edificio de la zona de Es Pla es aún posible, «no se incluye en la declaración de interés autonómico del proyecto, y no está justificado». Y además, la obra no empezará por allí, según parece. Hay tiempo.

El concejal de L’Entesa Joan Palliser coincidió en que había visto un conseller «abierto al diálogo». Considera factible que se materialice en cambios en cuanto a los usos de las casas de la calle Governador al haber quedado desierto el concurso y «bastante difícil» por lo que se refiere al edificio de la zona de Es Pla. «Al menos hay buena predisposición». También afirma que hay margen para cambiar el inmueble y no le convencieron los argumentos que expusieron Marí y su equipo para defenderlo.

Antes de la reunión, el conseller defendió que el edificio «consta de los servicios mínimos para un puerto» y con «un diseño bastante integrado».

Jordi Pons, empresario que acudió en representación de CAEB, planteó la incertidumbre que existía hasta ayer sobre el diseño de las terrazas de los bares y restaurantes de la zona. «Solo sabíamos que no les gustaba lo que hay». Pons aseguró después del encuentro que estaba satisfecho por el hecho que el conseller les hubiera instado a presentar una propuesta al respecto acordada desde Fornells, «nosotros conocemos cómo sopla aquí la tramontana y queremos que haya una cosa bien hecha».