Imagen de la finca de Santa Anna, que albergará un agroturismo de seis habitaciones | Gemma Andreu

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La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Ciutadella resolvió esta semana dar licencia de obra al proyecto para la conversión de las edificaciones de la finca de Santa Anna en un establecimiento de agroturismo con seis habitaciones y doce plazas de capacidad de alojamiento. Este es el primero de los proyectos del empresario asturiano de la sanidad privada Víctor Madera en la Isla que sale adelante y supondrá una inversión de alrededor de 580.000 euros para transformar esta emblemática finca, la de mayor extensión de las al menos ocho que ha adquirido en Menorca en los últimos años, con una extensión de 244 hectáreas y acceso a la playa de Macarella.

El proyecto, promovido a través de la empresa Vavisol SL, es no obstante el de menor envergadura ya que solo prevé actuar sobre cuatro construcciones ya existentes (sin ninguna ampliación de volumen), todas levantadas antes de 1956 y que suman poco más de 510 metros cuadrados. Las habitaciones se distribuirán entre la casa del payés (una), el almacén (otra) y la boyera principal (cuatro).

La única nueva instalación prevista es, según la información que salió a exposición pública, será una piscina «natural» con una superficie de mil metros cuadrados que entrará a formar parte del ciclo del agua de la finca. Cabe tener en cuenta en este punto que la iniciativa de Madera incluye la autosuficiencia tanto energética, como hídrica. El autoconsumo eléctrico –preceptivo porque la finca no estaba electrificada– se alimentará con placas solares y baterías que permitirán abastecer tanto la actividad turística, como la agropecuaria. En relación al abastecimiento hídrico, se servirá del pozo existente y de sistemas de recogida de agua de lluvia que será tratada y acumulada en un aljibe.

Máxima protección

El proyecto de Víctor Madera, que se desarrollará sobre terrenos catalogados como de máxima protección ambiental, incluye el mantenimiento de la actividad agraria, con el mismo fin de producción para pastoreo y forraje de vaca nodriza, aunque con un cambio de sociedad explotadora. Además incorporará un sistema sostenible de aprovechamiento forestal de una finca en que el uso forestal ocupa el 90 por ciento de la superficie.

El empresario tiene ahora 18 meses (más otro año con las dos posibles prórrogas) para ejecutar las obras de su primer agroturismo en la Isla, mientras espera que el resto de proyectos que está tramitando ante la administración lleguen a buen puerto. Cabe tener en cuenta que ha adquirido al menos ocho fincas y que se conoce ya proyecto para seis de ellas. Está tramitando otros cinco proyectos de transformación en agroturismos o hoteles rurales en las fincas de Torre del Ram, Tirant Vell, Son Ermità y Binidelfà, además de haber adquirido ya un proyecto ya en marcha con intención de modificarlo en el ‘lloc’ de Son Vell.