La caseta de Ramón Catchot fue construida en los años 40 por su padre

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La Demarcación de Costas ha empezado a responder ya a las alegaciones presentadas por los titulares de pequeñas casas tradicionales de primera línea de mar de la Cala Sant Esteve, en Es Castell, ante la denegación de la prórroga de estas concesiones, que expiraron en 2018. Lo ha hecho sin moverse ni un milímetro de su postura inicial. Es más, en el caso que ha conocido este diario, ordena al concesionario, Ramón Catchot, que ejecute la demolición del inmueble en un plazo de nueve meses. En tres meses tiene ya que presentar el proyecto.

Costas insiste en que el uso residencial está prohibido en el dominio público marítimo-terrestre, y que la casa de veraneo «interrumpe el tránsito y dificulta las vistas del litoral». El concesionario defiende que estas situaciones no se producen, puesto que no se interrumpe la visual desde el mirador más cercano y los accesos al agua han estado siempre abiertos, son muy utilizados y están perfectamente cuidados por el propio concesionario, algo que no ocurre con otros accesos del entorno que son públicos. Además, argumenta que una parte de la vivienda, de 40 metros cuadrados, está fuera del dominio. La concesión incluye un varadero.

El rechazo de las alegaciones supone que Costas da por extinguida la concesión y activa la reversión. Si el concesionario no derriba en nueve meses, Costas ejecutaría la demolición de forma subsidiaria. No hay constancia de que otros concesionarios de Sant Esteve hayan recibido aún la respuesta a sus alegaciones. En otros casos, algunos bienes afectados están catalogados.