Las barcas de bou de Maó, y Ciutadella, contra las medidas de la Unión Europea.

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Las seis barcas de bou que hay en Menorca más otras 50 de artes menores se sumarán a la movilización nacional convocada el viernes por el sector contra la nueva normativa europea que limita un 40 por ciento más los días de salida al mar, entre otras medidas.

La aplicación del Plan de Gestión Multianual dictado en Bruselas, consideran, ha sido pésimamente defendida por el Gobierno español. La comparación entre la flota del Atlántico y algunas pequeñas como la de Balears en el Mediterráneo, Italia o Francia perjudica gravemente los intereses del sector. «No se pueden comparar lugares donde hay 500 barcas de arrastre con las que tenemos en Balears que somos 33», seis de ellas en Menorca, explica el patrón mayor de la Cofradía de Maó, Josep Quintana. Sobre los 225 días al año que salían a faenar cuando no había restricciones se han ido aplicando reducciones hasta dejarlos en torno a 180 días.

«Nos sentimos muy engañados», indica Quintana. Hace cuatro años «nos coaccionaron para que dejáramos de trabajar un día a la semana, aunque era voluntario, porque si no lo hacíamos todos no se aplicaba este paro subvencionado», relata Josep Bondia, patrón de una de las barcas de bou de Maó, «y ahora nos vienen con esta nueva reducción», añade Quintana.

El punto de partida de la flota insular es claro: «Si salimos menos de 190 días al año tenemos que cerrar». La limitación del 40 por ciento puede motivar que el pescado fresco no llegue a las lonjas ni a los restaurantes o comercios a mediados de agosto, «esa es la forma que tienen de promocionar el producto local», se quejan los pescadores. «Conseguirán que vayamos a engrosar la lista del paro», advierte el patrón de Maó, Josep Bondia.

El Consell aprobó en el último pleno pedir al Gobierno que alivie la restricción a las barcas de arrastre, pero el plante del próximo viernes está convocado, salvo que las reuniones de esta semana desbloqueen el conflicto. «Esto no solo afecta a los pescadores, hay mucha gente que vive de la pesca», recuerda Quintana.

Esa presión es la única arma a la que puede acogerse el sector, «si nos quedamos callados está todo perdido». Además de las limitaciones de los días de pesca el Plan de Gestión Multianual contempla el reglamento de control del sector pesquero del que se debate en Bruselas. De aprobarse, las barcas de bou y las de artes menores estarían obligadas a llevar cámaras a bordo, geolocalizadores y diarios electrónicos.