La acumulación de agua en ese lugar, a modo de un segunto torrente en la cala, junto al parking y el parque infantil, supone un peligro para los turistas, puesto que está en el paso hacia la orilla | J.F.

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Situado junto al aparcamiento y el parque infantil en los aledaños de la playa de Cala en Porter, junto al torrente, se aprecia otro riachuelo que deriva en un estanque del que ya brota cierta vegetación sin que se aclare su origen ni se solucione a las puertas de la temporada turística. La presencia de este «segundo torrente», con el líquido elemento ya verdoso, que además desprende olores desagradables donde se acumula el agua, no deja de suponer un peligro creciente, a medida que comiencen a merodear los turistas en dirección al arenal, puesto que coincide con el paso hacia la playa desde ese lugar.

El Ayuntamiento de Alaior ya ha reclamado en varias ocasiones a la Demarcación de Costas, que neutralice este segundo riachuelo natural, bien a través de un drenaje o con la colocación de un vallado provisional y algún tipo de obstáculo que desvíe a las personas que quieran llegar a la playa, han explicado la concejala de Urbanizaciones, Mari López, y el regidor de Urbanismo y senador por Menorca, Cristóbal Marqués.

Ambos sostienen que la aparición de este estanque es el resultado del paso de la borrasca Gloria en enero y las lluvias invernales y de primavera, a escasos metros por donde transcurre el final del torrente Cala en Porter. La acumulación de lluvia y la arena propiciaron que se produjera el embalse junto al aparcamiento y el parque infantil, y que las aguas se hayan mantenido desde entonces, por la zona húmeda próxima al mar en la que se encuentra, de ahí la peligrosidad que supone su presencia.

Esta semana los encargados de la limpieza de la playa, ante la visión del estanque al paso de viandantes, depositaron una ingente cantidad de arena para obstaculizar el acceso e impedir que se pueda atravesar.

«El temporal provocó el socavón y se encharcó, aunque ahora está algo más seco», indica la concejal Mari López, una situación que podría agravarse con la llegada de las altas temperaturas. Cristóbal Marqués añade, además, el efecto visual desagradable que provoca ver la acumulación de estas aguas verdosas a escasos metros de la playa.

El regidor reitera que han pedido una solución urgente, entre otras cosas, «por los olores que desprende, según nos han informado los propietarios de los locales de restauración de la zona», y además porque se trata del acceso de los viandantes que llegan en coche. Del mismo modo, las aguas verdes pueden causar repulsión a los turistas, explica Marqués.

La situación es preocupante, de ahí la insistencia del Ayuntamiento ante Costas desde que las lluvias originaron el embalse. Los técnicos ya lo han visitado, por lo que espera una intervención rápida.