Martilleo de vacaciones. Excavadoras en la construcción de viviendas unifamiliares en Binibèquer Vell, una molesta estampa veraniega | Gemma Andreu

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La normalidad en los horarios de construcción con maquinaria pesada volverá el 15 de junio. Hasta esa fecha está vigente el decreto covid de medidas urgentes para la reactivación económica aprobado el año pasado por el Govern balear y que, entre otras medidas, elimina las limitaciones temporales estivales establecidas por los ayuntamientos. Inicialmente el decreto era para todo el año 2020 pero el pasado día 4 de mayo fue ampliado el plazo hasta la fecha citada.

Eso no significa, que las excavadoras desaparezcan de los núcleos turísticos, sino que su actividad tendrá que ajustarse a las ordenanzas municipales sobre ruido y solo podrán trabajar de 8 a 13 h hasta finales de octubre, salvo en julio y agosto, periodo en el que la actividad con maquinaria pesada solo es posible entre las 10 y las 13 h.

Ahora pueden trabajar también por las tardes entre las 15 y las 18 h, horario que desaparece en dos semanas para la maquinaria pesada.

Mientras tanto, el despertar de la actividad turística ha traído las primeras quejas por el ruido de las obras en los núcleos costeros e incluso en los residenciales. Se reanuda el viejo debate de la conciliación entre dos actividades que se necesitan mutuamente tanto como se molestan una a la otra. Vecinos de Sant Tomàs sufrieron el verano pasado el martilleo durante las semanas estivales pensadas para el descanso vacacional, este año los primeros focos por quejas han aparecido en el caso urbano de Alaior y en Binibèquer Vell.

En este punto, «son tres máquinas juntas trabajando en un solar que agrupa tres parcelas para construir tres viviendas, se están cumpliendo horarios y medidas exigidas. Es aparatoso y ruidoso, pero la finalidad es acabar con el trabajo pesado cuanto antes», explican responsables de la obra.

Como muestra de voluntad por reducir las molestias, por la tarde evitan el martilleo de las máquinas y las dedican a retirar tierra y escombros.

La excavadora abre trabajo

Miguel Ángel Sicilia, presidente del colegio de aparejadores, entiende que el sector turístico está muy sensible, «ha sufrido tanto que ahora no quiere la más mínima molestia, es lógico, intentamos colaborar en ello». Aporta sus argumentos, «el trabajo de la excavadora para iniciar una vivienda unifamiliar dura entre cinco y diez días y abre trabajo para mucha gente durante los meses siguientes», explica.

Apela a la economía que mueve una construcción de estas características, con la albañilería vienen después las empresas encargadas de las distintas instalaciones. Estas son también algunas de las razones que aportan algunos responsables municipales en defensa de la construcción, mientras que los perjudicados anteponen el derecho al descanso y al negocio turístico, como exponía el testimonio de un propietario de Binibècquer Vell.

Todos los consultados por el problema admiten la difícil y, por otra parte, inevitable relación entre los dos sectores productivos más importantes de la economía insular. Ashome recuerda que la reanudación de la actividad turística conlleva obligaciones para las administraciones en cuanto se refiere a la puesta a punto de las urbanizaciones y el cumplimiento de sus propias ordenanzas.

Matiza, no obstante, que una buena planificación de esas obras no debería hacerlas coincidir con la apertura al turismo, si bien enfoca su reflexión únicamente hacia la obra pública.

Asfaltados en verano

«Es lo de cada verano», apunta Antonio Soria, secretario general de Comisiones Obras y profesional del sector turístico. Se muestra comprensivo, no obstante, ante la anómala situación causada por la pandemia y entiende que si el 15 de junio se vuelve a la normalidad de las obras, la exención horaria es asumible.

«Las obras dañan la imagen» y apunta tambien a la administración, que realiza o consiente asfaltados en pleno verano y obras en la carretera general. Por eso recomienda recuperar el viejo parámetro de hacer todo lo que se pueda antes de la temporada, «aunque ya sabemos que no siempre es posible» y, por otra parte, la fecha del 15 de junio para volver a la normalidad es una buena fecha dado que la temporada está teniendo un comienzo tardío.

Por lo demás es comprensivo con los problemas de relación de la pareja construcción-turismo, «si no construyes y mejoras la oferta no avanzas», declara.