Una de las actuaciones del Cranc Festival el verano pasado. | Gemma Andreu

TW
0

Los promotores de música en vivo no se lanzan a organizar y solicitar permisos al Govern para realizar pruebas piloto como las que se han llevado a cabo este viernes y el sábado en Mallorca y Eivissa. La organización de estos eventos multitudinarios, con estrictos protocolos de salud, por ejemplo, la realización de tests de antígenos a todos los asistentes, es muy compleja, alegan, y en la Isla tampoco es habitual llenar un espacio con cinco mil personas, el aforo máximo previsto en el concierto de Sidonie en Calvià, dentro del Mallorca Live Festival. Esta es una de las pruebas piloto de conciertos masivos autorizadas por el Govern y en la que se pondrán a prueba los protocolos de salud, porque la gente podrá estar de pie y sin distancia de seguridad, aunque con mascarilla.

«Aquí ya fueron complicados los trámites para el homenaje a Queen en 2019, que reunió a más de nueve mil personas, y eso antes de la covid-19, imagina ahora», explica Jaume Pons, presidente de la Banda des Migjorn, quien afirma que plantearse una prueba piloto de esas características «está fuera de nuestro alcance, somos una asociación sin ánimo de lucro con una junta directiva pequeña». De momento la banda tiene previstos conciertos sinfónicos para julio, en los que el público permanece sentado con un metro y medio de distancia y se permite estar juntas a las unidades de convivientes.

Noticias relacionadas

Otros promotores de música en directo también afirman estar a la espera, seguirán con máximo interés el desarrollo de las pruebas en las otras islas y, al mismo tiempo, confían en que la pandemia siga a la baja y puedan retomar la actividad como antes, de pie, bailando o tal vez con un formato mixto. «Nos gustaría, si es posible, pero ahora mismo es más fácil gestionarlo todo con las medidas existentes, no queremos sufrir tanto con la incertidumbre y los cambios como el año pasado», afirma Dani Herbera, impulsor del Cranc Festival en EsClaustre. Este evento está previsto para septiembre y ya ha dejado de vender entradas porque su aforo máximo será de 300 personas y está completo. «Nos planteamos realizar alguna prueba piloto hace cuatro o cinco meses pero tiene un coste económico, y tal como están evolucionando las cosas, quizás se pueda hacer un formato mixto en septiembre», explica. El tiempo corre a su favor, también para el Menorca Music Festival, que se celebrará del 6 al 8 de agosto en el recinto ferial de Es Mercadal tras ser aplazado en 2020.

«Somos optimistas, puede ser que en agosto, si todo va bien, podamos tener algo parecido a lo que había antes de la covid», afirma Maurici Alfaras, promotor del evento. «La cultura siempre ha sido segura si las cosas se hacen bien, que se hagan todas las pruebas necesarias, la gente tiene que ver que es seguro, nuestro festival es en agosto, estamos informados y a la expectativa», asevera. De momento, se organiza con las medidas de seguridad vigentes.

Por su parte, el músico Shanti Gordi opina que «nos es muy beneficioso que se organicen este tipo de pruebas piloto y que funcionen, necesitamos volver a los actos multitudinarios, no vamos a poder subsistir con actuaciones de 300 personas». Otro evento próximo, este sábado, es el Grahame Pearce Fest, organizado por la cervecera de Sant Climent y el restaurante Molí de Foc. Será en el campo de fútbol, «un evento para máximo 500 personas», afirma Roger Vila, director del festival, con todas las medidas de seguridad, distancias, mesas y, de momento, sin bailar de pie.