Ple ordinari de 17 de juny de 2021 | Youtube: Ajuntament de Ciutadella de Menorca

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La alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, admitió este lunes en el pleno extraordinario sobre el último Sant Joan que el equipo de gobierno no valoró la magnitud ni el volumen de lo que finalmente sucedió hasta derivar en las aglomeraciones de miles de jóvenes y adolescentes y los macrobotellones de Es Pla. Asumió, por tanto,    que le correspondía una parte de responsabilidad en lo ocurrido, como al resto de la junta de seguridad celebrada el 11 de junio.

No consideró que ese error que ha indignado a muchos ciudadanos y a la payesía, privada de la fiesta tradicional por la pandemia -le recordó la oposición- sea argumento suficiente para dimitir, tal y como le pidió el portavoz del PP, Antoni Juaneda. Y es que la alcaldesa reiteró que las aglomeraciones y botellones se vienen sucediendo desde hace años con diferentes equipos de gobierno, y son un mal extendido en todo el país. «Si hubiera que dimitir por esto España se quedarían sin alcaldes porque hay botellones y repuntes por todo», dijo.

La alcaldesa explicó las medidas adoptadas en la junta de seguridad con los refuerzos de la Policía Nacional, UPR, Guardia Civil, Emergencias y todos los efectivos operativos de que dispone la Policía Local, 42, aunque a la vista de lo ocurrido admitió que no fueron suficientes.

En un punto clave de su intervención aseguró que Ports le informó que preveían un desplazamiento de unos 1.500 mallorquines y que los llegados desde    Barcelona serían familias. «No creo que nos mintieran, simplemente eran sus previsiones», explicó a preguntas del portavoz de Ciudadanos, Jaume Anglada.

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Atacó al portavoz del PP indicándole que si su partido tenía tan claro lo que iba a suceder debía haberles avisado, «pero no se interesaron por la junta de seguridad hasta el día 23».

Lo que ha sucedido este año «es un punto de inflexión para revertir esta dinámica», dijo. Apeló a la implicación de todos y repitió las medidas ya anunciadas de pedir al Govern que actúe contra la publicidad engañosa de las agencias, rescatar la junta de Sant Joan, y reunirse con Ports para hablar de las frecuencias. La solución, las medidas que se tomen serán complejas, costosas y coordinadas, dijo, «y no llegarán de un día para otro, hemos de contar con todos los implicados en la fiesta para hacerlo».

Gomila lamentó los hechos y los repuntes por la salud y la economía. «Entendemos la indignación del sector económico» y anunció que el 19 de julio se reunirá con CAEB para valorar la situación.

Cuestionada por el portavoz de Ciudadanos, Jaume Anglada, en torno a su frase recogida en el titular de la entrevista en este diario: «el botellón es un mal global y ha venido para quedarse», aseguró que estaba sacada de contexto y que le había costado insultos en los últimos días.

El concejal de Seguridad, Sergio Servera, admitió que «hemos fallado a la ciudadanía», pero dijo que la autocrítica debían hacerla todos y exigir a las administraciones superiores que les den herramientas legales y físicas. «El Ayuntamiento tiene la responsabilidad que le toca pero forma parte de un todo que no ha podido evitarlo».