Roberto Soler, secretario de la federación de jubilados. | MANOLO BARRO

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Ni baile ni bingos ni juegos de mesa ni excursiones ni berenetes ni la tertulia matinal o vespertina.    El pasado fue un mal año para los clubes de jubilados, seis meses estuvieron cerrados y los otros seis con las actividades muy limitadas y la asistencia bajo control. Cuando comenzó la desescalada, algunos optaron por mantener la prudencia y evitar reuniones.

El problema es que si no realizan actividades que el Consell subvenciona a través de un convenio que firma anualmente con la federación, esta tendrá que devolver el dinero. Son las normas, lo saben y no ponen reparos.

Son solo 25.000 euros la cantidad que no se ha gastado y la consellera Bàbara Torrent se ha comprometido a sumarlos a los 120.000 que próximamente firmará para el año que viene, por lo que realmente no pierden nada sino que se les ofrece la opción de tener un 2022 con más excursiones, más talleres o las actividades que cada club decida, que es soberano para ello.     

Esos 25.000 euros es la cantidad que, aunque hubiere sido gastada, no ha podido ser justificada. El secretario de la federacón, Roberto Soler, es contundente en la recomendación que ha hecho llegar a todos los directivos de los clubes, «los gastos solo pueden ser verificados mediante factura real y justificante bancario del pago», aunque el confinamiento y limitaciones a la movilidad han impedido mantener un contacto más estrecho con las directivas para recordarlo.

El Consell les ha permitido hacer uso de esa ayuda a lo largo de 2021, que es un año que se ha quedado sin convenio propio. No ha habido confinamiento esta vez y la vacunación ha comenzado por la población de más edad, pero así y todo, durante el primer trimestre se aplicaron restricciones a la movilidad y al derecho de reunión por lo que los clubes no pudieron tampoco normalizar su agenda.

«Hemos estado a medio gas, en nuestro club, Aspema, teníamos pensado celebrar el aniversario en septiembre y lo hemos suspendido, tampoco celebraremos las fiestas», señala Soler.

Otros han apostado por suspender el cobro de cuotas por falta de actividad, pero han tenido gastos del local, razón para que el Consell agregue la parte de la subvención no utilizada al convenio de 2022.