Surtidores del Club Marítimo de Mahón, que abre durante prácticamente todo el día durante el verano. | Gemma Andreu

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El empresario Martin Varsavsky publicaba el pasado martes en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje:«Las gasolineras marítimas de Menorca cobran 20 céntimos el litro más que las de Mallorca. ¿Esto da algún beneficio a Menorca?». La aseveración tiene sus matices. En general sí hay unos precios más altos en la Isla aunque en algún surtidor es posible repostar el yate casi al mismo precio que en la isla vecina.

Un empresario menorquín del sector del combustinble reconocía que la cifra de 20 céntimos que lanza Varsavsky no está mal encaminada en líneas generales. No obstante, desde el Club Nàutic Ciutadella, uno de los cuatro titulares de surtidores de combustible para barcos que existen en la Isla, aseguran que ellos ofrecen un precio muy similar a los que se pueden encontrar en Mallorca.

Un día de mediados de esta semana que finaliza, la gasolina para barcos más habitual (hay opciones diesel más económicas) se vendía en dos clubes náuticos de Mallorca escogidos al azar por 1,55 y 1,56 euros el litro. En Menorca, tres de los cuatro puntos de venta (el Club Marítimo de Mahón, Lago de Cala en Bosc y Fornells) rondaban, alcanzaban o incluso superaban los 1,80 euros por litro. Son variaciones de entre el 15 y el 20 por ciento. La excepción era el Club Nàutic Ciutadella ya que, según aseguraban desde la entidad, estaban en los 1,56. De hecho, en alguna ocasión se les ha hecho llegar a sus responsables comentarios desde su competencia menorquina de que están vendiendo su producto a un precio demasiado bajo.

Las diferencias se explican por varios motivos. Los costes de transporte son más altos que en Mallorca, y esto ya tiene una repercusión en las tarifas. Además la temporada en la Isla es mucho más corta, apenas unos dos meses de buena actividad, lo que obliga a amortizar la inversión en un menor tiempo, y con menos demanda potencial, a pesar de que el ritmo de actividad ahora mismo en el mar es elevada.

Luego cada titular de un surtidor tiene su política y distintas relaciones con las grandes empresas de suministro de combustible. Antonio Hernández, presidente del Club Marítimo de Mahón, explica que ellos dependen de los precios de su distribuidor mayorista, «luego cargamos nosotros una cantidad en el precio para obtener algo de beneficio». Explica que no todos los productos que se venden son iguales y que «tenemos que cubrir gastos, abrimos de 8 a 21 horas en verano, con tres personas en el surtidor».

Rafel Torrent, del Club Nàutic Ciutadella, asegura que su política ha sido buscar fórmulas de gestión de la gasolinera que les han permitido «ajustar más el precio», lo que revierte en beneficio de sus asociados y clientes habituales. Desde el lago de Cala en Bosc, BielCerdà explica que «en la Isla hay pocas estaciones, es lógico que suban más los precios», más aún cuando algunos surtidores son ‘revendedores’.

La segunda parte del tuit de Varsavsky era una pregunta sobre los beneficios de estos precios. Antonio Hernández afirma que ahora mismo los ingresos que genera la gasolinera son indispensables para mantener la actividad del club, más aún cuando gestiona muy pocos amarres. Rafel Torrent explica que todo el dinero que ganan con el surtidor se reinvierte en la entidad deportiva y social.