Embarcaciones en la pasarela de Cala Corb | Josep Bagur Gomila

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La demanda de amarres de gestión pública, para embarcaciones de ocio de ocho metros de eslora o menos, se ha vuelto a disparar en el puerto de Maó. La lista de espera que acaba de publicar Autoridad Portuaria de Balears para un punto de atraque es de 210 solicitudes, una cifra que no se veía desde julio de 2016 (224), cuando se empezaron a publicar unas listas de aspirantes que entonces estaban pendientes de depurar. Además, la oferta de amarres era entonces inferior a la actual. En enero de 2019, como consecuencia del anuncio de nuevas inversiones en este sentido, se alcanzaron las 193 barcas en espera.

El incremento de la lista de espera ha sido muy considerable en apenas medio año. En febrero había 159 embarcaciones pendientes de poder acceder a un amarre de este tipo. Son 51 peticiones más en espera. En febrero de 2020 la cifra era de 128, puesto que se habían acabado de asignar, pese a no estar todavía activos en aquel momento, los nuevos amarres que se han habilitado en muelles de la zona de Es Castell (Cala Corb y Ses Figuerrases). La lista de espera más baja se consiguió a comienzos de 2018, con 115 demandantes.

El motivo de este aumento reciente es que de este año, hasta el día 13 de agosto, constan 77 peticiones de amarre, cuando en el total del año pasado se estima que fueron algo menos de sesenta. Solo en los tres meses de verano (junio, julio y medio agosto) Autoridad Portuaria ha recibido al menos 36 solicitudes de amarre. Fuentes del sector náutico explican a este diario que existe una creciente demanda de residentes y propietarios de segundas residencias en la Isla por hacerse con amarres permanentes. Esto no conlleva, necesariamente, un significativo incremento de las ventas de barcos en la Isla, citan otras fuentes.

Ahora mismo la petición más antigua de la lista de espera de Autoridad Portuaria en el puerto de Maó se remonta a agosto de 2018, aunque desde el ente gestor de los muelles suelen recordar que el orden cronológico no es el único que se tiene en consideración a la hora de asignar un amarre que queda vacante. Las características del punto de atraque y de la embarcación se valoran con el objetivo de tratar de optimizar el espacio disponible en la lámina de agua.

El precio

El presidente de la Asociación Menorquina de Empresas Náuticas (Asmen), Justo Saura, comenta que estos amarres públicos cuentan con una importante demanda y que es algo «que no se acaba de solucionar». Saura explica que el precio es un factor importante, porque algunos propietarios de estas embarcaciones más pequeñas preferirían disponer de amarres más económicos en el puerto de Maó a cambio de no contar con algunos de los servicios que ofrecen habitualmente las empresa privadas, «es lo que la gente está pidiendo en estos momentos, amarres más baratos. Esto se tiene que regular, avanzamos en esta dirección». El presidente de Asmen considera que diversificar la oferta, adecuarse a las características de cada clientes más allá del simple parámetro de la eslora, podría generar más actividad.

Con los nuevos amarres de Es Castell, Autoridad Portuaria ha pasado a disponer de unos 700 amarres para pequeñas esloras, que cuentan con unos precios predeterminados, ajenos a las tendencias del mercado. La opción de crear nuevos puntos de atraque de este tipo pasan ahora por el desarrollo de la zona de Cala Figuera, por ejemplo, que todavía está superando distintos trámites por parte de las administraciones implicadas. Las marinas explotan mediante concesión otro millar de amarres en el puerto de Maó.

«Los amarres tienen que ser la puerta de entrada de los beneficios económicos a la Isla, no el beneficio en sí mismo», argumenta Justo Saura.

Ciutadella y Fornells

Menorca cuenta con otros 262 amarres de gestión directa por parte de un organismo público, que en este caso es Ports de les Illes Balears. De estos, 147 están en el puerto de Ciutadella y 115 en Fornells. Pero estos puntos de atraque no presentan un mejor equilibrio que Maó en cuanto a oferta y demanda. Cabe recordar que las listas de espera actualizadas a comienzos de este año recogen 368 peticiones pendientes en Ciutadella y 388 en Fornells. Las solicitudes más antiguas se remontan a 1993 en el caso del puerto de Fornells.