Actividad rodada en el acceso a Alaior, uno de los municipios con numerosos desplazamientos.    | Gemma Andreu

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Que los ciudadanos residentes en alguno de los pueblos de menor población de la Isla se desplazan más para realizar sus gestiones es una percepción que a nadie le va a sorprender. No obstante, un estudio realizado por el INE sobre movilidad cotidiana lo confirma y lo constata con datos. Estos vecinos de pueblos menores se trasladan con mucha mayor frecuencia que los menorquines que residen en Maó o Ciutadella donde su población se mantiene más dentro de su término municipal.     

El porcentaje de población que en días laborables se desplazó fuera de su área de residencia durante las horas centrales de un día de pleno agosto fue notablemente mayor en estos pueblos de menor tamaño al alcanzarse movimientos medios del 25 por ciento. Uno de cada cuatro menorquines residentes en estas zonas de edades comprendidas entre los 12 y los 89 años han tomado a diario su vehículo u otro medio de transporte para desplazarse hasta otro municipio ya sea por cuestiones laborales, para ir al supermercado, al hospital, para disfrutar de zonas de costa o por cualquier otro servicio. Ejemplo de ello podrían ser ciudadanos de Sant Lluís que van a trabajar a Maó, alaiorenses que se desplazan hasta Arenal d’en Castell, Port d’Addaia o na Macaret, en Es Mercadal, donde disponen de una vivienda de verano o vecinos de Es Castell que se refrescan en las zonas de baño de Punta Prima.

Si comparamos este éxodo municipal con el que se produce en las dos ciudades de la Isla, el porcentaje disminuye hasta el 14 por ciento, en el caso de Ciutadella, y hasta el 15 por ciento en el de Maó, lo que viene a confirmar que esta población se desplaza menos de su área de residencia y, por tanto, realiza la mayor parte de sus gestiones en su zona. Las mayores oportunidades laborales así como las opciones de ocio y zonas turísticas pueden contribuir a esta menor movilidad de sus ciudadanos.

Tomando como referencia un día concreto de mediados de agosto, observamos que cerca de 18.000 residentes pusieron, durante las horas centrales del día, rumbo a otro municipio. La mitad procedía de los pueblos de menor población.     

Los menorquines más activos en este sentido son los de Es Castell. Casi un 30 por ciento (en concreto, un 27,1 por ciento) de la población residente en el área se desplaza a diario. Se trata de algo más de 2.000 personas que en las horas centrales del día se ausentan de su municipio. La proximidad con Maó y por tanto, los traslados por motivos laborales pueden ser una de las causas. Además, hay que recordar que Es Castell no dispone de playa por lo que, muy posiblemente, las necesidades de salir del área pueden obedecer a la búsqueda de zonas turísticas. Una mayoría de estos ciudadanos viajaron ese día de mediados de agosto a Sant Lluís.

En el caso de Alaior, con una movilidad también destacable del 24,4 por ciento de su población, la estadística del INE desvela que se desplazan mayoritariamente a Maó, Ciutadella y Es Mercadal.     

Esta estadística también permite comprobar la movilidad de los residentes en momentos de mayor presión pandémica. La explosión de la quinta ola de la crisis del coronavirus mantuvo a más gente en su área de residencia y los flujos de población se suavizaron. A mediados de julio, cuando la Isla estaba inmersa en ese último pico de casos por covid-19, había más de 2.500 menorquines menos desplazándose por la Isla que tan solo unas semanas después.