Wilfred y Kathryn Hartley son fieles a Menorca: llevan 37 años veraneando en la Isla. | Josep Bagur Gomila

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Las restricciones aplicadas por el gobierno de Boris Johnson han frenado notablemente la llegada de turistas británicos a la Isla.    El semáforo ‘covid’ en base a la situación sanitaria de cada país ha generado un verdadero quebradero de cabeza a aquellos británicos que deseaban salir de vacaciones. Y Menorca ha perdido, solo en julio, y según los datos de AENA, un 68,9 por ciento de turistas británicos con respecto a 2019.   

Wilfred y Kathryn Hartley son un matrimonio británico que lleva 37 años veraneando en Menorca. Solían venir en junio pero la situación les ha llevado a posponer este año sus vacaciones a septiembre, fieles a «un paraíso» que les tiene enamorados. El año pasado decidieron no venir dejando marcado en el calendario un año de triste ausencia.

Entienden que el turista británico no haya venido este año. «El Gobierno lo pone difícil», aseguran. Y es que, en su caso, teniendo en cuenta que están vacunados con pauta completa y, por tanto, los requisitos son algo menos severos, explican que deberán realizarse igualmente dos pruebas ‘covid’, una antes de salir de Menorca y otra una vez lleguen a su país. Para dos personas, el desembolso girará en torno a los 400 euros. Es, sin duda, un gasto añadido al coste de las vacaciones. A ello, añaden que este año no ha habido oferta aérea hasta julio. «Hubiéramos venido en junio pero no había vuelos de turoperadores».

Si la situación sanitaria lo permite, están convencidos que «el próximo año el turismo británico se recuperará, hay unas ganas locas por venir, habrá un boom», aseguran. Explican que tienen gran número de amigos que veranean en la Isla y esperan con ansias a que llegue el próximo verano para poder venir. Resaltan que «aquí estamos más seguros».   

Ya tienen los billetes para el próximo verano. Un ejemplo de fidelidad a la Isla.