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La investigadora del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Sandra Mallol ha destacado este miércoles la buena salud de la langosta menorquina como consecuencia de la riqueza de la biodiversidad de la isla.

«La langosta menorquina es la misma especie que se captura en todo el Mediterráneo, pero en función del terreno y de la variedad de comida puede coger diferentes matices. Menorca ofrece hábitats muy diferenciados, con rocas y una diversidad de algas e invertebrados que permiten al crustáceo alimentarse de una biodiversidad extremadamente rica», ha detallado a Efe.

Mallol ha defendido la importancia de regular mediante normativa las capturas de langosta, con el objetivo de preservar la especie.

«Estamos a un nivel de sobreexplotación en todo el Mediterráneo, pero en las islas todavía hay una pesquera importante y que se mantiene gracias a la regulación, el período de veda y otras regulaciones que ha garantizado su actual estado en comparación con otras pesqueras del litoral español donde las langostas van a menos», ha señalado.

«En líneas generales los pescadores respetan la talla mínima de la langosta, aunque siempre habrá alguien que no cumple la normativa. Si miramos hacia atrás, vemos como la concienciación ha aumentado porque se han visto los resultados de respetar la talla mínima. Una langosta pequeña que tiras hoy, la encontrarás el año que viene grande y podrás sacar más provecho», ha añadido.

Por otro lado, Mallol ha reconocido que se está planteando una revisión de la regulación para mantener los niveles actuales de pesca.

«La última actualización se hizo en 2001 y tras 20 años se ha puesto encima de la mesa esta posibilidad, porque hay avances científicos que podrían retocar un poco la regulación, en concreto algunas medidas técnicas en las artes de pesca o el tiempo de calada», ha sugerido.

Finalmente, ha admitido su preocupación por el reclamo turístico que supone la langosta. «Se le ejerce mucha presión debido a la fama de la caldereta de langosta».

«Mientras podamos cumplir la normativa i hacer una pesca responsable, y el pescador tenga claro un producto de calidad y no de cantidad, no habrá problema. Quizás llegue el momento que no pueda comerla todo el mundo o consumirla a un precio más elevado», ha sentenciado.