La doctora Isabel Ojeda ofreció una charla sobre diferencias entre alergia e intolerancia a los alimentos.

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El Congreso Alergomenorca, organizado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) y la sociedad balear de la especialidad, con la presencia de unos 40 expertos del sector, celebró el viernes una actividad abierta al público con el título «Ser alérgico y vivir en baleares: un desafío», que contó con el testimonio de pacientes que sufren las consecuencias de la falta de alergólogos en el sistema público sanitario balear.

Las enfermedades alérgicas tienen una prevalencia estimada del 25 por ciento de la población, y va en crecimiento, se destacó en esta quinta edición del congreso, con la reivindicación ya clásica del encuentro; porque «la carencia de la especialidad sigue vigente», dijo desde la Sociedad Balear de Alergología César Alías Tudurí, jefe de servicio de la Clínica Corachan. Remarcaba con ello el «agravio comparativo respecto a otras comunidades, que atenta contra la equidad y el correcto tratamiento de la salud de la ciudadanía». Y explicó que la única mejora conseguida ha sido la incorporación hace unos años de una alergóloga en el Hospital Son Espases. «Pero no pedimos una alergóloga, sino un servicio de alergología», precisó, con ejemplos de que es insuficiente, como el colapso de las visitas que se han generado en la especialidad ante la duda de la vacuna covid entre pacientes alérgicos.

La falta de alergólogos se traduce, entre otros, en un infradiagnóstico de las alergias que padece la población o en tratamientos que en algunas ocasiones no están a la última de la especialidad. «Para que se entienda, trabajamos como en los años 90», sentenció, comparándolo al desarrollo que han experimentado en general los servicios de alergología en otras comunidades de nuestro país. «El papel de los servicios de alergología es identificar o excluir la enfermedad alérgica y proporcionar una gestión y tratamiento integral de la misma», destacaba por su parte Antonio Valero, presidente de la Seaic y jefe de servicio de Alergia del Hospital Quirón de Barcelona, además de especialista en el Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clínic. Explicó que los pacientes alérgicos complejos necesitan del trabajo pluridisciplinar entre distintos servicios, que aquí es imposible, al no estar implementada la especialidad, y que tampoco se está generando el conocimiento inherente a un trabajo de equipo.

En estos momentos, pacientes con enfermedades alérgicas tienen que optar por la sanidad privada (que atenta de nuevo contra la equidad, puesto que tiene un coste económico) o asistir a los sistemas de salud de otras comunidades autónomas, explicaron los expertos. Se visibilizó después en la sesión con el testimonio de personas afectadas por la falta de este servicio de alergología que procure tratamientos integrales y una continuidad asistencial. El congreso dio voz, entre otros, a dos madres de Menorca de hijos con alergia al huevo y a la proteína de leche, con reacciones que han requerido hospitalización, y para lo cual la solución ha sido realizar un tratamiento de desensibilización en centros fuera de nuestra comunidad. El testimonio puso sobre la mesa de forma implícita el sufrimiento que está latente en los padres cuando delegan en los colegios o en otras personas la salud de sus hijos con alergias o intolerancias alimentaria, tema tratado en el congreso por la especialista Isabel Ojeda.