El almacén de la cadena juguetera Toy Planet & Serba en Poima. | Gemma Andreu

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En la recta final del año, con la campaña de Navidad a la vuelta de la esquina, el pequeño comercio de la Isla no es ajeno a los problemas logísticos y el retraso en los pedidos, que llegan con cuenta gotas. Tiendas de textil y calzado, jugueterías o material de oficina, todas ellas sufren las consecuencias de este atasco mundial.

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«Tenemos retrasos de tres y cuatro meses, un pedido programado un año antes para mayo te llega en septiembre, y el material de invierno tampoco llega, somos de los que más lo sufrimos», explica el responsable de una tienda de ropa deportiva. Una mayoría de las marcas con las que trabaja fabrica en Asia, «las marcas internacionales todas fabrican allí», señala, y aunque en su comercio tienen existencias y van sustituyendo producto, «lo más comercial, lo que está más de moda, lo que la gente demanda, no llega».

Igual sucede en el sector juguetero, que mira con temor el calendario: se acercan las fechas de máximas ventas, la Navidad, y en octubre, cuando deberían estar recibiendo numerosos pedidos para responder a esa demanda, todo está ralentizado. «O no se sirve o hay muchos retrasos, tenemos stock pero las novedades, lo que luego sale en los catálogos de Reyes, pueden fallar», explica Nina Marquès, responsable de la cadena Toy Planet & Serba. Todo no es importado, hay industria juguetera española, pero también padece la falta de materiales. «Tenemos pedidos hechos de principios de año y no están llegando, no sabemos cuánto durará, nos dicen los proveedores que puede ir para largo».