Port d’Addaia, en Es Mercadal, es una de las urbanizaciones que pierde residentes británicos.

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Las limitación de 90 días cada seis meses para disfrutar de sus segundas residencias en Menorca, desde que se hizo efectivo el brexit, está en el centro de las conversaciones de los ciudadanos británicos. De hecho fue una de las dudas más repetidas durante la visita el pasado julio del embajador Hugh Elliot a Menorca.

Ahora han decidido sumarse a una campaña que se desarrolla en distintos puntos de España que concentran población británica, como la Comunitat Valenciana o Andalucía, con la distribución de tarjetas informativas en las que explican que, mientras un ciudadano europeo puede visitar Reino Unido durante medio año seguido, ellos no pueden hacerlo. Transcurridos esos 90 días tienen que regresar a su país y pasar allí otros tres meses antes de poder regresar.    El objetivo de esta campaña es hacer que la clase política, gobiernos autonómicos y central se impliquen y negocien para ampliar dicho periodo, algo que ya ocurre en otros países de la Unión Europea como el vecino Portugal, otro destino en al que los británicos acostumbran a viajar y a contar con segundas residencias. Tal y como explican algunos afectados por la medida, los británicos ya pueden prolongar su estancia en Portugal más allá de esos 90 días tras el brexit, una extensión que pueden solicitar al Servicio de Extranjeros y Fronteras del gobierno luso por una tasa de entre 33 y 67 euros, según los distintos casos.

A muchos ingleses que disfrutaban de sus casas en Menorca la aplicación de esta restricción les ha trastocado su plan de vida, además de afectar también a las comunidades que les acogen. La venta de propiedades por parte de británicos en la Isla ha sido una constante en los últimos años y ahora se acelera «he perdido seis parejas, doce buenos amigos que han tenido que vender en Addaia y mudarse a Portugal», afirma un residente inglés. Port d’Addaia es una de las urbanizaciones que está perdiendo presencia británica. Los intereses son recíprocos pero la petición de que puedan estar 180 días seguidos sin tener que volver a su país de momento no avanza. Los británicos son ahora ciudadanos de terceros países que quieren acceder al territorio Schengen europeo.

La presidenta del Consell, Susana Mora, ya trasladó su preocupación por este problema a la ministra de Turismo, Reyes Maroto, en el mes de marzo, durante la visita de esta a Palma, al igual que lo expuso la presidenta balear, Francina Armengol. Pero la solución, afirmó Maroto, corresponde al marco de la Unión Europea y está en estudio. No ha habido novedades desde entonces, afirmó esta semana la presidenta menorquina.