Una de las tres barcas de arrastre de Ciutadella, amarrada en el puerto. | Josep Bagur Gomila

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Estas Navidades no habrá gambas o cigalas frescas procedentes de las barques del bou locales en el Mercat del Peix de Ciutadella. A finales de esta semana el mercado se quedará sin el último puesto activo de pesca de arrastre, el de la empresa Marenova del Sud y que se nutre con la actividad de la barca «Valldemossa», que está a punto de agotar los días de salir al mar a faenar. El viernes, o como mucho el próximo sábado, será el último día de venta de la parada en el mercado municipal, «nos quedan cuatro días de salir con la barca», explican desde la empresa, y eso son cinco en el mercado.

Otro de los arrastreros de Ponent, el «Vicenta», ya permanece en puerto desde finales de octubre y el puesto Jamma Peix, al que abastecía, fue el primero en echar la persiana. La «Rosa Santa Primera» es la tercera barca, a la que le quedan diez o doce días autorizados de pesca. «Como mucho durarán hasta el 10 o 12 de diciembre», explica Josep Caules, propietario del Café Balear, que se abastece directamente con la barca propia.

La flota de Ciutadella acaba así su cupo de días y eso repercutirá en el mercado en plena campaña navideña, cuando tienen más salida productos como la gamba, el cangrejo de mar para sopas, la cigala y el calamar, típicos en las mesas de las fiestas en Menorca. El marisco y el pescado de fondo fresco (raya, gató, moixina, pescados blancos como la pescadilla, la bacaladilla o lirio, la brótola) son los productos más afectados por el parón de los arrastreros en_Ciutadella. Las empresas pesqueras lamentan que pierden uno de los mejores momentos de ventas del año.

A la subida de precios que marca el calendario por las fiestas navideñas, se añade ahora el problema de la falta de oferta en un momento de subida de la demanda de los manjares del mar, los que tienen más salida comercial. Así y todo, recuerdan desde las cofradías, en diciembre, al igual que sucede en los meses punta del verano «entra mucho pescado de fuera» ya que de lo contrario Menorca no se puede abastecer. En el lado opuesto de la Isla, en la Cofradía de Pescadores de Maó, las tres barcas de arrastre continúan faenando cinco días a la semana, ya que se han dado las condiciones para que se acojan al mecanismo de optimización anual del uso de cuotas; combinan dos días del cupo que tienen agotado con otros tres días de la actividad pesquera en la que aún tienen bolsa de jornadas de trabajo.

En Ciutadella por contra no acabaron todos a la vez los cupos y faenar solo dos días a la semana no les sale a cuenta. Como resultado de esta falta de actividad otras siete personas ingresan en la lista del paro, son los dos empleados del puesto de la barca «Valldemossa» en el Mercat del Peix junto con los cuatro pescadores y el patrón de la embarcación.

El contador de días de pesca se pondrá de nuevo a cero en enero de 2022, pero en el nuevo año el cupo de jornadas para este tipo de flota se prevé que baje aún más, hasta las 152. La normativa europea establece una reducción del 40 por ciento de las capturas con pesqueros de arrastre en 2025. Unos plazos muy difíciles de cumplir para el sector, que en el caso de Menorca además lo considera injusto. «Estoy de acuerdo en que hay que pescar pensando en el futuro, pero hay zonas en las que se ha sido más respetuoso y ahora pagamos todos, y se hace de golpe, de una manera drástica», considera Josep Caules, de la barca «Rosa Santa Primera», cuyos cinco tripulantes este año también adelantarán su ingreso en el paro a mediados de diciembre.