En la Isla hay 130 explotaciones ganaderas.    | Gemma Andreu

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La primera semana de diciembre. Esa es la fecha que espera el Govern que se concrete definitivamente el plan de choque que impulsa para alejar la leche del actual «precio de ruina» de los 0,312 euros el litro. Para 2022 se pagará como mínimo a 36 céntimos, pero no piensan quedarse ahí en la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, ya que el objetivo para 2023 es seguir incrementando lo que perciben los productores para acercarse a los 40 céntimos y asemejarlo al coste de producción que calculan las organizaciones agrarias.

El director general, Fernando Fernández, admite que «asumimos que el objetivo para 2022 no cubre ni las necesidades ni las expectativas de los ganaderos». Sin embargo, considera que es un paso muy importante para «cambiar la tendencia que ha habido hasta ahora en el sector lácteo de Menorca», donde históricamente la leche ha estado mal pagada.

«En este momento hay buena predisposición, todos son conscientes que el objetivo es el adecuado». De ahí que el «primer peldaño» sea «superar las relaciones» tradicionales entre productores, industriales, maduradores o distribuidores.

Fernández, que publica hoy en un artículo en la sección de Opinión, señala que, una vez cerrado el acuerdo, a partir del 1 de enero de 2022 el Govern aportará 2,6 céntimos por litro, que se sumarán a los 2 céntimos que de hecho ya pagan algunos productores de quesos. En total, el Ejecutivo autonómico aportará alrededor de 1 millón de euros para subvencionar la leche, tomando como referencia la producción habida en 2021.

Últimos flecos

Sobre los 2 céntimos que se compromete a pagar de más la industria, Fernández señala que «lo valoramos pero no son completos». Se refiere a que queda por fijar «el precio según una calidad mínima concreta» de la leche. O sea, que para que la subida sea realmente, no se pueden endurecer criterios como porcentajes de grasa y proteína que resten esa cantidad a percibir.

El plan de choque contempla la creación de la Mesa de Concertación para los Contratos Lácteos, en la que estarán representados todos los agentes implicados, que anualmente deberán «revisar acuerdos» para asegurar que «el precio de la leche cubra siempre los costes de producción», siguiendo el espíritu de la Ley de Cadena Alimentaria.

Por otro lado, no coincide el director general en las quejas referidas a márgenes de beneficios excesivos en determinados eslabones, como la distribución. «Hay estudios» sobre eso y «ninguno tiene márgenes altísimos». Lo que sí es cierto, añade, es que «usan la leche y los productos lácteos como reclamo en su guerra de precios para vender otros productos». Así, «un litro se paga de media a 65 céntimos y debería costar 75 u 80».

Al mismo tiempo, Fernández opina que Menorca tiene un «problema estructural grave», por cuanto se ha «convertido en habitual» lo que solo debería ser una solución puntual, de poner en el mercado la leche líquida que «es de bajo valor» para «garantizar la salida de excedentes». Al final, se entiende como normal vender alrededor de un tercio (15 millones) de los 50 millones de litros de leche anuales, cuando lo realmente interesante es apostar por otros productos de mayor valor como serían el queso parmesano, el queso fresco o la mozarella.