La última reunión de los representantes municipales, el Consell y Silme, en la que se aprobó el nuevo presupuesto. | Josep Bagur Gomila

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El Consell y los ayuntamientos de Menorca deberán abonar un incremento del 29 por ciento que contempla para el próximo ejercicio el presupuesto de Silme, la empresa de servicios informáticos de la Isla que les surte, en la parte manconumada que corresponde a la institución insular y a las corporaciones locales.

El presupuesto fue aprobado la semana pasada en la junta ordinaria con representación de todas las administraciones, a pesar de la abstención de los ayuntamientos de Alaior, Ciutadella y Maó. El aumento de las cantidades que conforman el presupuesto global de 1.965.258 euros, frente al 1.526.060 del actual ejercicio, no satisfizo a estos consistorios que, además, trasladaron en la reunión la necesidad de contar con una plataforma de gestión integral que simplifique su trabajo agrupando aplicaciones entre sus diferentes departamentos. Por ahora Silme no puede disponer de esta plataforma que tardaría al menos dos años en poner en funcionamiento.

Desde Silme han precisado que el incremento que corresponde a seis de los ocho ayuntamientos, salvo el de Maó y el de Ciutadella, respecto a lo que abonaron el año que finaliza, lo adelantará el Consell, y en el caso de que finalmente el presupuesto se ejecute en su totalidad, lo regularizaría posteriormente con cada corporación para que estas ahora no se vean afectadas por la importante subida. Así, la aportación mancomunada extraordinaria del Consell alcanzará un máximo de 117.090 euros.

Josep Piris, gerente de Silme, ha explicado que el incremento del presupuesto mancomunado responde a la necesidad de actualizar los sistemas de protección de datos y seguridad en general, en cumplimiento de normativas «que requieren varias medidas a implementar en cuanto a auditorías, herramientas externas y servidores».

La consellera de Cooperación Local, Cristina Gómez, también ha subrayado que se debe cumplir con el esquema nacional de seguridad, lo que obliga a diversos cambios a cargo de la empresa. «Estamos, además, en medio de un debate estratégico para ver qué modelo hemos de seguir», explica la consellera.