El presidente de Salvem Sant Joan, Joan Fedelich | MANOLO BARRO

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Joan Fedelich pidió ayer disculpas por las palabras que pronunció en su intervención y las repercusiones que estas  han tenido en las últimas horas. «Quiero pedir disculpas públicamente a todas las mujeres, madones o no, a quienes mis palabras les hayan podido ofender y, sobre todo, a mi madre, una mujer increíble a la que admiro, y a mi pareja, compañera y madre maravillosa».

El payés de Sant Joan Gran, participante en la qualcada desde 1997,  había dicho el domingo que la mujer disfruta con lo que hace en la fiesta, «ni políticos ni, con todos los respetos, mujeres por en medio», indicó, «cuando ellas realmente saben y disfrutan haciendo lo que hacen. Saben cuál es su lugar en Sant Joan y aquí el tema se acaba».

Ayer rectificaba porque «esas palabras no las quería utilizar, no supe expresar lo que quería explicar, los nervios me jugaron una mala pasada, hablar en público es nuevo para mí», añadía.

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Fedelich indica que lo trascendental es que los ciutadellencs «payeses o no, estamos preocupados por nuestras fiestas», y subraya que «la gente tiene ganas de hablar de Sant Joan y ayer se expusieron muchos sentimientos». Lo importante, comenta, es «procurar que la qualcada, los protocolos, la fiesta más tradicional continúe viva, que las generaciones venideras la puedan querer y disfrutar y que todos juntos miremos de preservar Sant Joan».

Joan Pons Torres

Joan Pons Torres, vicepresidente de la asociación, añadió ayer en IB3 que no quieren alimentar «debates inexistentes. Defendemos el Sant Joan de siempre, no queremos tocar la fiesta ni los protocolos». Añadió que el verdadero debate de la gente del campo y de Ciutadella no es si las mujeres han de montar en la fiesta sino la masificación que sufre».