En estos momentos en Cala Llonga hay entre 350 y 400 viviendas. | Gemma Andreu

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La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Maó se reunió con carácter urgente a finales de la semana pasada con el único objetivo de aprobar in extremis y de una sola vez diez nuevas licencias para construir viviendas de nueva planta en la urbanización de Cala Llonga. De este modo, el Consistorio dio salida a permisos presentados para este tipo de obras poco antes de que se agotara el plazo que, según entienden los técnicos municipales, determina la Ley de Urbanismo de Balears antes de que estas queden prohibidas en esta zona.

A partir de ahora, con el periodo de excepción ya agotado, no se pueden autorizar nuevas viviendas en este núcleo residencial del puerto de Maó hasta que no cuente con una conexión de alcantarillado a una depuradora. Muchas otras urbanizaciones de la Isla están en la misma situación por idéntico motivo.

Ante la inminente finalización del periodo en el que todavía se podían dar licencias de obra nueva en Cala Llonga, el Ayuntamiento de Maó aceleró las licencias en curso para evitar que se quedaran paralizadas y reducir los perjuicios a los propietarios de solares. En apenas tres meses ha aprobado 27 permisos para levantar nuevas construcciones en la urbanización.Casi todas con su correspondiente piscina. Desde el Consistorio aseguran que no hay más. Por lo tanto, queda sin entrar en este paquete de licencias rápidas el complejo de 28 chalés que Metrovacesa pretende levantar en el solar del ‘mamotreto’ que fue demolido por irregularidades en su construcción.

Este proceso de concesión de licencias en Cala Llonga cuenta con la oposición del GOB. La entidad ecologista considera que el plazo para aprobar estos permisos ya lleva varios meses agotado, por lo que, al menos, ha recurrido ya nueve licencias. Las primeras respuestas a sus recursos han sido denegatorias.