Un grupo de ancianos pasea ayudándose con andadores en los primeros días tras el confinamiento por la pandemia.    | EFE

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Menorca dispone de 429 plazas en residencias, una cifra que no llega a la ratio aconsejada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de cinco plazas por cada cien personas mayores de 65 años.Con 16.107 menorquines que superan dicha edad (censo de 2021 según el Ibestat), la Isla necesita 376 plazas más para llegar al estándar que marca el organismo internacional.De hecho, y según la última actualización de la Conselleria insular de Bienestar y Familia, hay 332 mayores en la lista de espera para ingresar en una residencia.

La concesión de una plaza no se produce de acuerdo con el orden de inscripción, sino por el grado de dependencia de la persona que demanda la plaza, explica la consellera Bàrbara Torrent, por lo que el tiempo en esa lista puede prolongarse mucho, tanto que hay ancianos que no llegan a ingresar. La última incorporación de plazas de residencia en la red de geriátricos de Menorca ha sido en Ferreries, con las trece camas abiertas el pasado diciembre.

El 5 por ciento que aconseja la OMS supone contar con 805 plazas en residencias, si se calcula sobre el último dato de población mayor de 65 años disponible. Menorca tiene ahora una ratio de 2,66 plazas por cada cien mayores. La situación actual es que hay proyectos en cartera para contar con más plazas, pero su tramitación es costosa, el envejecimiento de la población avanza y la demanda crece cada año. Con las actuaciones en marcha y si no hay retrasos, en 2023 se espera que Maó cuente con 120 plazas más, cifra que no cubre ni el 50 por ciento de los mayores que ahora aguardan para entrar en una residencia.

Lo positivo del modelo menorquín es que la red de residencias es en su gran mayoría pública. Son un total de ocho geriátricos para mayores y una residencia de discapacidad las que conforman la oferta en la Isla.

Retroceso por la pandemia

En España había 4,2 plazas por cada 100 mayores de 65 en 2019 y en el año de la pandemia, 2020,  la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales constata un retroceso.

No hay un censo homogéneo para conocer los datos de centros sociales asistenciales, que también incluyen los de discapacidad no solo geriátricos. Con la información recogida del Imserso en 2019 cinco comunidades, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura y Asturias cumplían con la oferta de plazas en geriátricos que marca la OMS. Cantabria estaba cerca de cumplirla mientras que las autonomías con mayores déficits eran Andalucía, Comunitat Valenciana, Galicia, Catalunya, Madrid, Canarias, Murcia y País Vasco, por este orden.

La Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales advierte que en todo el país el déficit de plazas en residencias ha crecido, al finalizar 2020 había 389.677 plazas residenciales para personas mayores en España, solo 643 más que un año antes. Faltan 75.699 plazas para alcanzar la ratio de la OMS y no menos de 62.000 plazas para atender la demanda de personas en Dependencia Severa o Grandes Dependientes que están en lista de espera

El 64 por ciento de las plazas están financiadas por el Sistema de Atención a la Dependencia, pero son 1.720 plazas menos que las que financiaba al comienzo de la pandemia en febrero de 2020.