La oficina de Caixabank en    Es Cós, de Sant Lluís, una de las ocho que cierra, ayer ya era sometida a la retirada de sus distintivos. | Toni Seguí

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La fusión entre Caixabank y Bankia se ha concretado en Menorca con el cierre esta semana de ocho oficinas físicas en todos los municipios de la Isla, salvo en Ferreries y Ciutadella.

Se trata de cinco oficinas que albergaban dependencias de Bankia y otras tres de Caixabank. El cierre se ha determinado en función de las características y accesibilidad de cada local priorizando que permanezca la mejor de ellas.

De esta forma la nueva entidad financiera resultante de la fusión mantendrá presencia física, aunque sea mínima en siete núcleos urbanos, en los ocho municipios de la Isla para completar su estrategia de digitalización que combina atención presencial directa con la remota, además de la red de cajeros automáticos.

Por poblaciones, Maó pierde dos oficinas, la de Bankia en la Plaza de la Biosfera, y la de Caixabank, en la plaza Esplanada. Los clientes de la primera tendrán su nuevo punto de atención presencial en la oficina de la Vía de Ronda, mientras que los de la segunda pasarán a la de la calle de Ses Moreres. La nueva entidad se queda con cinco oficinas enMaó, una de ellas, la de la calle Fort de L’Eau, dedicada al sector de negocios.

En Es Castell desaparece la oficina de Bankia, al igual que la de Es Migjorn, Es Mercadal y Alaior, que quedan integradas en las de Caixabank de cada localidad.

En Fornells y Sant Lluís ha sido la oficina de Caixabank la que ha cerrado con lo que permanecen las oficinas integradas de Bankia de estos dos lugares.

Curiosamente, Ferreries mantiene las dos oficinas ahora bajo el nombre de la entidad resultante, mientras que Ciutadella también continúa con las cuatro que tenía antes del acuerdo entre los bancos, tres de ella eran de Caixabank.

A partir de ahora, Menorca cuenta con 18 oficinas de la nueva entidad bajo el nombre de Caixabank, en Es Castell, Sant Lluís, Sant Climent, Alaior, Es Mercadal, Es Migjorn y Fornells, mientras que    Ferreries sigue con dos, Maó con cinco y Ciutadella con cuatro.

El cierre de las ocho oficinas afecta a varias decenas de empleados que se han acogido al ERE voluntario negociado con los sindicatos. Las desvinculaciones comenzaron en noviembre y culminarán este verano. La mayoría han sido directores    o cargos ejecutivos. Los que aún están pendientes de finalizar su relación están dedicados ahora a tareas didácticas con los clientes de más edad para que se familiaricen con la banca digital y los cajeros, como otra opción a su alcance.